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Condenado por agredir a su pareja en Zaragoza tras engañarla para vivir en la calle

Un hombre sin hogar acepta 90 días de trabajos sociales y deberá indemnizar con 2.000 euros a esta joven que presenta un grado de discapacidad del 34%

Imagen de archivo de un agente del Cuerpo Nacional de Policía.

Imagen de archivo de un agente del Cuerpo Nacional de Policía. / EL PERIÓDICO

Zaragoza

Un joven sin hogar realizará 90 jornadas de trabajos sociales al reconocer ayer que agredió en plena calle a su pareja, una veinteañera con una discapacidad del 34% a quien meses atrás había llevado hasta la mendicidad. Así lo confesó Jefferson Jeanpiere S. R. (Ecuador, 2000) ante el Juzgado de lo Penal número 8 de Zaragoza, un acuerdo que también recoge el pago de una indemnización 2.000 euros a la víctima por los daños morales ocasionados. Y es que durante más de un año logró llevarle a una situación tan extrema de "control" y "sumisión" que la llevó a vivir con él a un local okupado en la calle Eduardo Ibarra.

Es parte de la acusación que ayer reconoció Jefferson Jeanpiere al dar el visto bueno al acuerdo suscrito entre el ministerio fiscal, su abogada defensora, la letrada Paula Toha, y los abogados que han ejercido la acusación particular, los letrados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén. También deberá cumplir con una orden de alejamiento de 200 metros durante cuatro años, aunque en estos momentos permanece en prisión por otras causas y por "varios" quebrantamientos de esta orden de protección.

"Aprovechándose de la discapacidad"

"Poco a poco fue separándola de su familia y puede decirse que abduciendo aprovechándose de la discapacidad que ella tenía, con comentarios del tenor de que tenía una isla en Sudamérica y la iba a llevar allí, que él es un elegido que tiene unos implantes especiales en la cabeza y le podía leer la mente", recoge el escrito de acusación. "En base a estos embustes y fabulaciones logró que abandonara su casa y se fuera a vivir con él, dedicándose a la mendicidad y alimentándose en los comedores sociales de Zaragoza", prosigue.

Es una situación de control y sumisión que compaginó con insultos y agresiones como "bofetadas", "arañazos" o "actos de asfixia" según dicta este mismo escrito de acusación. Hasta que, el 4 de octubre de 2024, una patrulla de la Policía Local le detuvo in fraganti al observar cómo le agredía en el paseo Fernando El Católico. "Llevaba una herida en la ceja izquierda y unas marcas en el cuello", precisaron.

Inicialmente, este joven ecuatoriano afrontaba penas que en su conjunto sumaban tres años y dos meses de cárcel a razón de dos años y seis meses por un delito de maltrato habitual y otros seis meses por un delito de lesiones. La causa la ha dirigido el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Zaragoza.

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