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La Fiscalía pide cárcel por robar 140.000 euros a un empresario de Zaragoza tras su funeral

El ministerio fiscal acusa a una amiga que le cuidaba de sustraerle 100.000 euros en efectivo y 40.000 euros en joyas tan solo unas horas después del sepelio

El empresario fallecido residía en un chalet ubicado en el barrio de Montecanal.

El empresario fallecido residía en un chalet ubicado en el barrio de Montecanal. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Zaragoza

Unos 100.000 euros en efectivo y otros 40.000 euros en joyas. Este fue el botín con el que se hizo un ladrón tras asaltar la casa de un empresario zaragozano tan solo dos días después de que falleciera en el mes de octubre de 2023. Y tanto la Fiscalía como los familiares del finado sostienen que una amiga, quien también hacía las veces de cuidadora, fue ese ladrón que se coló en el domicilio apenas unos minutos más tarde de que se celebrara la misa funeral en la capital aragonesa. Por eso consideran que M. Q. E. es autora de un delito de hurto por el que solicitan penas de hasta tres años y seis meses de cárcel.

Así se desprende de los escritos de acusación que en las últimas semanas han formulado el ministerio fiscal, solicita dos años y seis meses de prisión, y la acusación particular a cargo del abogado José Luis Carrera. En su caso para defender una condena de un año de cárcel por un delito de hurto y de otros dos años y seis meses de cárcel por un delito de hurto agravado. La causa la está dirigiendo el Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza a la espera de que se señale la fecha del juicio.

La acusación

Según avanzó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, la denuncia se interpuso el 31 de enero de 2024, varios meses después de la presunta sustracción que ambas acusaciones, la pública y la particular, coinciden en que se produjo el 20 de octubre de 2023 aunque la Fiscalía matiza que también se llevó a cabo "en ocasiones posteriores". "Tras acudir la acusada a la misa funeral, se ausentó del lugar y acudió a la vivienda familiar, aprovechando que toda la familia estaba reunida en una cafetería próxima a la Iglesia de Santa Rita, acudiendo posteriormente al restaurante convenido para comer la familia. En ese periodo de tiempo, la acusada acudió a la vivienda y sustrajo una serie de bienes de valor", recoge este documento.

En total se cifra el botín en 100.000 euros en efectivo y varias joyas como collares, pendientes o relojes de alta gama que permanecían ocultos en "un lugar secreto". Era un escondite que el fallecido le reveló "debido a la amistad y confianza" que les unía a ambos. Y, tras la publicación de la sustracción, M. Q. E. devolvió un móvil y un ordenador a través de sus abogados, los letrados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén.

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