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Los 'lazos' del difunto Rodríguez Menéndez con Aragón: la "cabeza privilegiada" que defendió a 'Dulce Neus' en Esplús

El penalista madrileño ha fallecido este viernes en Madrid tras una mediática carrera que en la década de los 80 le llevó a representar a esta mujer como inductora del asesinato de su marido

La Dulce Neus durante su arresto y de fondo la vivienda en la que se produjo el crimen.  | GALINDO  / LOSADA

La Dulce Neus durante su arresto y de fondo la vivienda en la que se produjo el crimen. | GALINDO / LOSADA / LUIS M. GABÁS

Zaragoza

El abogado Emilio Rodríguez Menéndez, quien durante años hizo correr ríos de tinta por su trabajo en los juzgados con los casos más mediáticos del momento, ha muerto en Madrid a los 75 años de edad. Desde la capital hasta cualquier rincón del territorio nacional llegó la verborrea de este penalista madrileño defendiendo intereses de lo más variopinto, los de Antonio David Flores, el exmarido de Rocío Carrasco, los del Dioni, el guardia de seguridad que robó un furgón con 298 millones de pesetas... A los años tuvo que hacerlo con los suyos propios -suma varias condenas por estafa-. Pero su maletín había llegado mucho antes hasta un pequeño pueblo situado en la franja oriental de Aragón, el municipio oscense de Esplús, donde asumió la defensa de otro seudónimo, el de Dulce Neus, que le catapultó a las portadas de la España de la transición tras el asesinato que Nieves Soldevila encargó a su hija Marisol. Allá por 1981...

Así acabó con la vida de su marido, un empresario catalán de nombre Juan Vila cuya muerte incluso se llegó a barajar como un atentado por su militancia en Fuerza Nueva. Pero la investigación dio un giro de 180 grados gracias a una criada a la que le debían dinero. De esta forma se concluyó que Dulce Neus se conjuró con sus tres hijos, los gemelos Juan y Luis (17 años) y Marisol (14), para acabar con la mano de hierro con la que Juan Vila gobernaba su casa. A la pequeña le entregó una pistola con la que le descerrajó un disparo a bocajarro mientras el progenitor dormía la siesta.

"De su despacho aprendimos todo"

Fue una defensa que asumió el difunto Rodríguez Menéndez a principios de los 80, casi 20 años antes de que la abogada zaragozana Carmen Sánchez Herrero entrara a formar parte de su despacho, donde dio sus primeros pasos profesionales entre 2000 y 2003. En declaraciones a este diario recuerda Sánchez Herrero el imperio que había levantado Rodríguez Menéndez en los albores de este siglo XXI, cuando a su cargo tenía a seis secretarios, 22 abogados, un guardaespaldas y un chófer.

Imagen de archivo del abogado Emilio Rodríguez Menéndez, fallecido este viernes en Madrid.

Imagen de archivo del abogado Emilio Rodríguez Menéndez, fallecido este viernes en Madrid. / EUROPA PRESS

"Esta mañana me lo decía una compañera: de su despacho aprendimos todo, pero de él no aprendimos nada. Gracias a él vimos unos expedientes increíbles y tuvimos la suerte de hacer esos asuntos gracias a la oportunidad que nos dio en su despacho", cuenta la letrada sobre un sinfín de casos mediáticos en los que participó, entre los que recuerda alguna que otra declaración en Alcobendas tras una querella de Antonio David Flores contra Rocío Carrasco. "Llamaban de toda España pidiendo contratar al abogado de la tele, todo el mundo quería contratarlo. Era un gran abogado, en sala era muy bueno, él empezaba a hablar y podría estar dos horas hablando que no callaba nunca... La oratoria que tenía era muy buena. Tenía una cabeza privilegiada", continúa Sánchez Herrero.

Fueron "muchas experiencias", las primeras que vivió Sánchez Herrero como abogada y que Rodríguez Menéndez había vivido casi 20 años antes en un pequeño pueblo de Huesca. En Esplús, en La Litera, fue asesinado Juan Vila un 28 de junio de 1981.

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