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Un detenido por el saqueo en el cementerio de Torrero tiene "mucho miedo" de represalias

Este hombre de 45 años confesó a la Policía que solo realizó labores de vigilancia mientras los otros dos arrestados profanaban las tumbas del camposanto zaragozano

Algunos de los objetos robados en el cementerio de Torrero

El Periódico de Aragón

Zaragoza

En la investigación del histórico saqueo en el cementerio de Torrero, la Policía lidia con dos frentes. El catálogo de las vírgenes, los cristos y las estatuas de las que despojaron a más de 500 nichos avanza a buen ritmo. Pero hay una cuestión que inquieta en el seno policial, que alguno de los afectados se tome la Justicia por su mano, tal y como les manifestó M. C. S. (España, 1980) cuando fue detenido el pasado viernes. Dijo este varón que tenía "mucho miedo" a la reacción de las familias afectadas, que sabían que les estaban buscando en su barrio, allí en el Oliver... Aunque ya conocían algo los agentes por un chivatazo que les puso en la pista de los tres vándalos, el mismo soplo que también les alertó del ánimo de revancha que ya había expresado algún que otro clan.

Así lo confesó este hombre de 45 años -defendido por la abogada Gema Cembrano- cuando fue detenido en su domicilio. Junto a él también fueron arrestados I. G. G. (España, 1994) y T. M. G. (España, 1994) una vez que el Grupo de Robos centró sus pesquisas en estos tres indiviudos, los dos últimos asistidos por el abogado Alejandro Sarasa. También se investiga por un delito de receptación al propietario -L. P. (China, 1989)- de una chatarrería de la carretera Logroño, donde los ladrones vendieron la mercancía que luego acabó en una planta de reciclaje del polígono Centrovía, en La Muela. Y la investigación permanece abierta, por lo que no se puede descartar que se practiquen nuevas detenciones.

El 'modus operandi'

A todos ellos se les imputa un delito continuado de hurto, un delito continuado de daños y un delito de pertenencia a organización criminal y quedaron en libertad tras pasar a disposición judicial ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, en funciones de guardia. A su titular se entregó un prolijo atestado en el que los investigadores adscritos al Grupo de Robos reseñaron el modus operandi que se convirtió en el modus vivendi de los vándalos. Al camposanto llegaban a bordo de una furgoneta, una Renault Express cuya titularidad consta a nombre de la pareja de uno de los detenidos. Mientras que M. C. S. vigilaba el terreno, sus dos compinches vandalizaban las lápidas y luego realizaban las ventas.

Uno de los cristos que se arrancaron de una de las lápidas en el cementerio de Torrero.

Uno de los cristos que se arrancaron de una de las lápidas en el cementerio de Torrero. / POLICÍA NACIONAL

De esta forma actuaron desde mediados de septiembre hasta que en las últimas fechas se percibió un aumento "exponencial" de estos hechos. Entonces se puso en marcha la maquinaria policial para poner coto a estos vándalos, más aún por la "gran alarma social" que se había instaurado en la población zaragozana. No era para menos debido a la próxima celebración de Todos los Santos. Así que pronto se averiguó que accedían al recinto a primera hora de la mañana y varios trabajadores incluso explicaron que guardaban la mercancía en cubos de basura.

Las pesquisas no solo se centraron el cementerio, pues también les llevaron hasta una chatarrería -su propietario consta como investigado- y una empresa de reciclaje de Centrovía. En una nave de La Muela, de hecho, los agentes encontraron todos los efectos sustraídos después de que fueran enviados allí el 16 de octubre. Fue una de las últimas comprobaciones que efectuaron los agentes antes de engrilletar a estos tres individuos, viejos conocidos todos ellos de la Policía. A M. C. S. le constan 20 detenciones, a I. G. G. le constan 11 detenciones y a T. M. G. le constan 15 detenciones.

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