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Ander, el héroe de la calle Oviedo: "Fui el primero en darme cuenta del incendio, todo el edificio estaba durmiendo"

El joven encontró "desconcertada" en el rellano a la vecina que reside en el piso en el que se inició el fuego

Zaragoza

Ander Bastidas abandona su casa alicaído con un fuerte olor a humo impregnado en su cazadora. En una maleta y en una mochila ha guardado su ropa porque su domicilio de la calle Oviedo ha quedado inhabitable. Es imposible vivir allí. Un virulento incendio en una vivienda de su mismo rellano, en la quinta planta del número 35, ha dejado inutilizada su morada. Y él ha sido el primer vecino que esta misma madrugada ha descubierto las llamas que devoraban el 5ºA. "Fui el primero en darme cuenta del incendio, todo el edificio estaba durmiendo", recuerda Ander. Todos... a excepción de Carmen, una mujer de "unos setenta y pico años" en cuyo piso se había iniciado el fuego. La encontró "desconcertada" en ese mismo rellano, "a menos de un metro del fuego".

"Estaba claramente confundida, se notaba que ella sabía que algo le pasaba, pero que no sabía qué hacer. Estaba muy cerca del fuego. Le cogí de la mano, le bajé un piso y empecé a timbrar en las puertas", relata Ander, quien tiene muy claro que esta mujer "no está para vivir sola" por unos problemas de "demencia" sobre los que también conversan otros residentes. "Yo estaba durmiendo, no sé qué hora era, y escuché como si el granizo chocara en las ventanas. Creí que estaba lloviendo. Escuché el chasquido de la madera, moví la cortina y vi una lengua de fuego. Cogí algo para taparme la boca, pero tragué una bocanada de humo", continúa este joven en declaraciones a este diario.

Un incendio arrasa la quinta planta de un edificio en Zaragoza

MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Esta misma mañana, casi al mediodía, se dirigía a un hotel de la avenida César Augusto, donde también han sido realojados sus compañeros de rellano. En la casa de Ander, "el hollín está por todas las partes". Y en el piso de Gladys, otra vecina de la quinta planta, los daños aún son mayores porque dejó abierta la puerta cuando fue evacuada.

"No le di importancia"

"Vine a limpiar, a lavar la ropa de trabajo de mi padre, ya me quedé a dormir... y justo pasa esto. Esa suerte tengo", dice otra joven de nombre Pilar, que se encontraba en uno de los pisos del entresuelo. "Escuché gritos de madrugada, pero como esta mujer llamaba de madrugada, también chillaba... no le di importancia. Mi padre lleva viviendo aquí desde febrero de este año y nos ha llegado a llamar al timbre a las tres de la mañana. Está un poco para allá", ha apuntado Pilar.

En el edificio contiguo, en el número 37, también hay vecinos que se han despertado sobresaltados de la cama. "Estaba durmiendo y escuché ruido porque los cristales empezaron a caer, vi un resplandor de luz y era fuego", cuenta María Pilar Romeo. Desde la ventana de su baño se puede ver una ventana ennegrecida sin cristales y con las persianas derretidas. "Me dio miedo porque arriba hay unos tubos, que creo que son del gas, pero los bomberos llegaron muy rápido, fueron muy eficaces y lo exintiguieron muy bien", ha añadido María Pilar junto a otra vecina de nombre Yolanda: "Mi hija estuvo viviendo allí hasta el 30 de junio... y afortunadamente que se fue".

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