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Los forenses ultiman un informe psicológico de los cinco niños que denunciaron agresiones sexuales en Corazonistas

El objetivo de las entrevistas es averiguar si pueden prestar un testimonio válido para citarles a declarar en sede judicial

Imagen del colegio zaragozano de Corazonistas, donde ejercía el profesor al que se investiga por presuntas agresiones sexuales a alumnos de Educación Infantil.

Imagen del colegio zaragozano de Corazonistas, donde ejercía el profesor al que se investiga por presuntas agresiones sexuales a alumnos de Educación Infantil. / LAURA TRIVES

Zaragoza

La Justicia maneja sus tiempos. Sin pausa, pero sin prisa. Así avanza la fase de instrucción contra un profesor del colegio de Corazonistas a quien cinco alumnos de Educación Infantil acusan de agresiones sexuales. El procedimiento judicial, eso sí, todavía se encuentra en una fase muy incipiente pues las denuncias se interpusieron hace apenas cuatro meses, a finales de junio. Desde entonces se están practicando diversas diligencias bajo el mando de la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, la jueza Cristina López. Y en estos momentos, por ejemplo, los forenses adscritos al Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) están ultimando un informe psicológico que concluirá si se puede interrogar a los cinco menores en sede judicial.

En estas últimas semanas, de hecho, se ha citado en la clínica médico forense del edificio Fueros de Aragón, en la Ciudad de la Justicia, a los cinco niños y a sus progenitores. La última familia fue convocada el 20 de octubre a las 09.30 horas y anteriormente desfilaron los otros cuatro denunciantes el 19 y el 22 de septiembre y el 10 y el 17 de octubre. Por cuestiones de agenda todavía falta por interrogar a alguno de los padres de los menores, quienes han sido citados el 5 y el 10 de noviembre. Todos ellos se han sometido, o se van a someter, a un examen con el equipo psicosocial.

Testimonio válido

El objetivo de estos encuentros es determinar si los menores están capacitados para prestar un testimonio válido, es decir, si estos niños de cinco años pueden ofrecer una declaración ajustada a la realidad. En este caso, de hecho, la jueza les citará a declarar en sede judicial, en las conocidas como salas amigables para que los menores se sientan cómodos en este trámite procesal. Y esa declaración se podrá reproducir en un hipotético juicio como prueba preconstituida, pues a los niños de tan corta edad no se les cita otra vez a la vista oral para evitar una victimización secundaria. Eso sí, también puede darse la circunstancia de que estos informes psicológicos lo desaconsejen.

En el atestado que la Policía entregó en el Juzgado de Guardia ya se reseñó que resultaba de "vital interés" que los menores fueran explorados en sede judicial para "salvaguardar la integridad y bienestar" de los alumnos. Ninguno de ellos fue interrogado en comisaría para "evitar nuevas modificaciones el relato" y "una mayor victimización", según argumentaron los investigadores de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM). En este documento también se hablaba de que los menores son "fácilmente sugestionables".

Sobre la mesa de la jueza también consta el análisis del móvil, del ordenador, de la táblet y de dos discos duros que el docente les entregó el día de su detención, el 24 de junio. Ni la Policía Científica ni la UFAM hallaron archivos de carácter pedófilo ni ningún otro tipo de contenido relativo a los menores. En estos momentos, sus familias están representadas por los abogados Cristian Monclús, Enrique Trebolle, José Luis Melguizo y Juan José Herranz. El centro consta como responsable civil subsidiario, cuya defensa corre a cargo de Javier Osés. Y el profesor investigado ha encomendado su defensa a Marco Antonio Navarro.

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