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"La Virgen se va a quedar con tres martillazos, no merece la pena arreglarla para que vuelvan estos energúmenos al cementerio"

Un vecino de Zaragoza denuncia que han vandalizado en dos ocasiones la lápida de su esposa, la primera de ellas a principios de agosto y, la segunda, a principios de octubre

Algunos de los objetos robados en el cementerio de Torrero

El Periódico de Aragón

Zaragoza

La mujer de Manolo (nombre ficticio) murió hace unos meses. Desde entonces, este vecino de Zaragoza sube "todas las semanas" a ver a su esposa al cementerio de Torrero. Lo hace en autobús porque a sus 83 años ya no tiene carnet de conducir. En el camposanto recorre una buena distancia andando hasta que llega a la parte antigua. Allí descansa su mujer. Sobre su lápida de granito colocó una Virgen del Pilar y dos jarrones de bronce. Pero en una de sus visitas semanales se llevó un gran disgusto. "En agosto me encontré que me habían robado la Virgen del Pilar y los dos jarrones", cuenta Manolo. ¿Y qué hizo Manolo? "Fui a la Policía y me dijeron que tenía que ir al cementerio a denunciarlo... y del cementerio me mandaron al Seminario", relata este octogenario.

Son unos documentos, las denuncias y las comunicaciones con el Ayuntamiento de Zaragoza, que muestra a este diario para demostrar que es verdad lo que dice, que "los robos no son nuevos", que empezaron mucho antes de septiembre y de octubre. De esta forma se puede comprobar que Manolo pagó 1.300 euros por la lápida que el marmolista le instaló el 7 de julio. Pero el 10 de agosto ya le habían robado la Virgen y los dos jarrones de bronce, así que el día 19 interpuso la denuncia. Y, entre tanto, conoció otros casos similares: "A finales de agosto, en la parada del bus del cementerio, estaban comentando unas personas que a ellos les habían robado las figuras que tenían en la lápida".

"Me siento mal"

El 7 de octubre, el nicho volvió a lucir como antes, casi como antes, porque en esta ocasión ni la Virgen ni los jarrones eran de bronce, sino de resina dorada. "Ya me dijeron la primera vez que no sabía lo que hacía al elegir el material de bronce, me advirtieron de que los robos son frecuentes", recuerda este octogenario. Solo tres días después, el 10 de octubre, volvieron a vandalizar el nicho. "Cuando fui a poner las flores en los nuevos jarrones me encontré con que le habían pegado tres martillazos a la Virgen y se habían quedado tan tranquilos. Y la Virgen se va a quedar con tres martillazos, no merece la pena arreglarla para que vengan estos energúmenos y te la sacudan", se resigna Manolo, como también lo hace con la puesta en libertad de los tres detenidos: "Me siento mal y no entiendo de leyes, pero no tienen que estar por la calle porque si no hacen esta fechoría harán otra".

Tiene documentos y fotografías de todo, de la lápida nueva y de la lápida vandalizada, como las que ahora pide la Policía para devolver los efectos intervenidos. Eso sí, él cree que no va a recuperar nada. "Desde agosto eso está más fundido... No tengo ninguna esperanza", lamenta el octogenario, quien se pregunta si todo esto se podría haber evitado. "Desconozco cómo funciona la coordinación de la oficina del Seminario con el cementerio, pero si ya había noticias de robos en la primera quincena de agosto... ¿cómo no se tomaron algunas precauciones? ¿Por qué no se actuó antes? Solución complicada es por el tamaño del complejo una buena vigilancia, pero no es imposible, ya que la tecnología está muy avanzada", reflexiona.

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