Usón, Bardem y Nacho Vegas formaron parte de una larga lista de más de 300 personas, la mayoría escritores, artistas y políticos, que reclamaron la absolución de los seis de Zaragoza, unos jóvenes antifascistas que fueron detenidos por los desórdenes públicos ocurridos en diciembre del 2019 durante una concentración contra un mitin de Vox que se estaba celebrando en el Auditorio de la capital aragonesa. Fueron condenados a seis años de cárcel por la Audiencia de Zaragoza y las esperanzas de sus padres estaban puestas en la revisión de la sentencia por parte del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), si bien aún les ha ido peor, ya que les suman un año más de prisión. Tendrán que cumplir 7 años de privación de libertad, además de tener que abonar 20.516 euros como responsabilidad civil, cantidad que antes no tenían que abonar porque el tribunal provincial les absolvió del delito de lesiones que ahora les consideran autores.

El primer jarro de agua fría de la sentencia firmada por los tres magistrados es ya al inicio cuando afirman que «el análisis detenido de las declaraciones de los agentes actuantes que procedieron a la detención de los acusados como participantes activos en el lanzamiento de objetos a la Policía Nacional evidencian que sí ha habido una nutrida prueba de cargo sobre la que el tribunal ha podido formar su convicción de condena». De ahí que rechazaran la vulneración del principio de presunción de inocencia reclamada por los recurrentes.

Los abogados defensores de Francisco Javier A. V. (23 años), Antonio Daniel L. D. (21), Adrián L. R. (22) e Imad M. B. (28) –faltan otros dos que son menores y fueron enjuiciados en la jurisdicción especial– señalaron que la identificación de los acusados como integrantes del grupo de manifestantes que realizaron actos violentos contra los agentes fue errónea o poco precisa, intentando evidenciar contradicciones entre lo manifestado por los agentes en la instrucción con lo afirmado en el juicio.

«Los policías detuvieron a los acusados y no a otros porque los identificaron como manifestantes a quienes vieron directamente realizar los actos violentos», señala el TSJA, que justifica las contradicciones policiales destacando «al tiempo transcurrido y al cambio de aspecto de los acusados entre el momento de los hechos y el acto del juicio».

Para los magistrados lo «relevante» es, y así lo califican, la acción directa de la detención de aquellos a quienes vieron realizar actos violentos ha de disipar cualquier duda acerca de la identidad de los mismos». «Los acusados son los detenidos y los detenidos son los que los agentes vieron arrojarles objetos durante el alboroto», insiste el TSJA.

Un argumento tan sólido para los magistrados que no dejan paso a la pericial de un vídeo grabado por las cámaras de la Universidad de Zaragoza que fue aportada por uno de los abogados defensores, Rafael Ariza. y encargada al director de cine Gaizka Urresti y la cineasta Vicky Calavia. El análisis es zanjado por los magistrados, quienes señalan que ellos los han visionado y que ven lo mismo que la Audiencia de Zaragoza. «Tan solo se ven siluetas, y en cualquier caso, la falta de reconocimiento en ellos de los acusados no implica que no estuvieran fuera del foco de las cámaras que los tomaron, pues no recogen ni todo el escenario ni todo el tiempo en que tuvieron lugar».

Ahora las esperanzas de los padres y madres de los seis de Zaragoza están en manos del Supremo.