Después de dos años de instrucción, los cinco joven antisfascistas detenidos por, supuestamente, dejar tuerto a un motero zaragozano al grito de «facha» han sido procesados. La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Zaragoza considera que deben sentarse en el banquillo de los acusados por un delito de lesiones graves. Todo ello, pese a los intentos de archivo de alguno de los jóvenes encausados.

En el auto judicial, la jueza relata que en la madrugada del día 19 al 20 de octubre, la víctima acudió junto con unos amigos, componentes o afines al grupo de motoristas denominado No Surrender, a un concierto en el establecimiento de ocio La Casa del Loco, situada en la calle Mayor, en pleno casco viejo de Zaragoza. Al término del concierto del grupo rockabilly The Meteors comenzaron a salir del local parte de los asistentes, dirigiéndose algunos del grupo al bar Mantis, anexo a la Casa del Loco para tomar algo. En un determinado momento, el joven que resultaría posteriormente agredido regresó para recoger su casco y cuando se encontraba en la puerta, un grupo de jóvenes, actuando de forma conjunta, «se situaron en la acera de enfrente mostrando una actitud violenta profiriendo expresiones como: "Fachas… os vamos a matar… hijos de puta…. nazis", comenzando a lanzar objetos, en concreto botellas de cristal de cerveza, de modo indiscriminado hacia la puerta de la Casa del Loco. Una de ellas, o los cristales al estallar una de ellas, dio en la cara de la víctima causándole la pérdida del ojo derecho. Igualmente, uno de los objetos que lanzaron fracturaron el cristal del establecimiento Mantis.

La magistrada señala a los cinco jóvenes que fueron detenidos por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón como los supuestos autores de un delito de lesiones. Se trata de Lorena M. G., Alicia O. O, Javier B. G., Amado F. R. y Eduardo G. M., si bien reconoce «que no puede concretarse de forma individualizada cuál de ellos lanzó la botella que causó las lesiones sufridas por la víctima». No les imputa un delito de odio, aunque es probable que la acusación ejercida por los abogados de la víctima, Enrique Trebolle y Francisco García Berenguer, sí acuse porque así lo entendió desde la Policía, que destacó que el agredido lucía una bandera de España en su chaleco.

Para los investigadores, la prueba que demostraría que los antifascistas tenían claro a quién habían atacado sería el intercambio de mensajes  que la procesada Alicia O. O. mantuvo con un amigo justo después de la agresión. «Nazixakin mobidi eukirou», le escribía a las 0.43. Traducido del euskera, la joven le venía a decir: «Hemos tenido  movida con los nazis».  «Asako de cerdos; asako, asako; la ostia, tío; Eh, ahí ten cuidado», comentaban después. Del terminal de la encausada, los peritos del Grupo de Delitos Tecnológicos extrajeron además una foto suya en la calle Alfonso I, lo que la ubicaría a escasos metros del lugar del suceso poco antes de producirse.

Las grabaciones obtenidas por las cámaras de seguridad de La Casa del Loco y de la sede del Justicia de Aragón permitieron identificar a los antifascistas, pero su detención no se produjo hasta casi tres semanas después, tal y como adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. La magistrada les puso en libertad provisional.