El joven Gerardo B. se enfrenta esta mañana en la Audiencia de Zaragoza a 12 años de cárcel por, supuestamente, introducir los dedos en la vagina a una chica de 15 años en la madrugada del 13 de octubre de 2019, en plenas fiestas del Pilar, en una zona próxima al Espacio Zity, en Valdespartera.

"Soy incapaz de hacer algo así", ha asegurado el acusado, visiblemente contrariado por la imputación. Y ha manifestado que lo más que sucedió fue que él la llamó "tacaña" cuando se negó a darle un cigarro y que ella, "que iba bastante borracha", replicó llamándole "negro de mierda".

G. N. ha indicado asimismo que es falso que siguiera a la denunciante desde una zona de botellón llena de jóvenes a un parquin anexo, sin gente, y que allí, ayudado por un amigo, zancadilleara a la denunciante y, una vez en el suelo, le tocara los pechos y le introdujera los dedos de una mano en la vagina presionando sobre los leggins que llevaba puestos.

"Seguro que es él"

También ha negado que, a través de Instagram, amenazara con apuñalar a la chica tiempo después del hecho, lo que obligó a que la Policía protegiera durante dos días a la muchacha.

La denunciante, con 18 años en la actualidad, ha declarado desde detrás de una mampara y lo ha reconocido como su agresor sin ningún género de dudas. "Seguro que es él", ha subrayado.

La denunciante ha declarado que, al producirse el incidente del cigarro, G. N. empezó a meterse con su físico y a llamarla "bola de grasa" y "ballena", entre otras expresiones ofensivas. Ella se alejó, ha dicho, y la siguieron dos jóvenes, uno de ellos el acusado, a quien no conocía.

"Lo llamó negro de mierda"

"Me pusieron una zancadilla y mientras uno de ellos me sujetaba las piernas, el acusado le agarró los brazos con una mano mientras con la otra me introducía los dedos en la vagina a través de los leggins", ha atestiguado la joven. Ha señalado que la presión fue tan violenta que le causó una "pequeña hemorragia", según la ginecóloga que la examinó, y ella misma tuvo que destensar la elástica prenda de vestir para que la tela saliera de su órgano sexual. "Me hizo bastante daño", ha afirmado.

El abogado de la defensa, Javier Alcober, que solicita la absolución aduciendo que su cliente no cometió los hechos, ha comentado que "la denunciante cambia su versión" de los hechos. Y dos testigos, amigos ambos del acusado, han declarado que todo se limitó a "un altercado" al serle negado un cigarro a G. N., quien llamó entonces "tacaña" a la joven. A lo que ella replicó, según los testigos, "negro de mierda". Ambos han asegurado asimismo que "ella se fue con su amigo" tras ese incidente, sin que nadie les siguiera.

Por su parte, una policía ha confirmado, a preguntas de un magistrado, que la denunciante declaró que los pantalones leggins "no salieron solos" de su órgano sexual y tuvo que "estirarlos".