La ausencia de la denunciante, una discapacitada física y mental, obligó ayer a suspender el conocido como juicio por el caso de la violación del parque de Castillo Palomar, ocurrida en Zaragoza en julio de 2020, un caso que conmovió a la opinión pública por su inusitada violencia. La joven, según explicaron personas de su entorno, se halla en Brasil «por razones familiares».

El acusado, que según las acusaciones desgarró los genitales de su denunciante al obligarla a practicar el acto sexual, se enfrenta a un máximo de 15 años de cárcel por agresión sexual, la petición que realiza el acusador particular, superior en un año a la formulada por el fiscal.

El imputado, William Oswaldo V. L., se halla en la cárcel de Zuera desde julio de 2020, tras su detención una semana después de los hechos. Su abogado defensor, Óscar Espinosa Galarreta, pide su absolución alegando que la violación no la realizó su cliente sino una tercera persona no identificada todavía.

Comisión rogatoria

El tribunal, al verse obligado a suspender la vista por la incomparecencia de la denunciante, advirtió de que en julio se cumplirán dos años de la estancia en prisión del sospechoso, por lo que no quedará más remedio que ponerlo en libertad.

En esta tesitura, informó la sala, caben dos opciones: el regreso de Brasil de la víctima antes de esa fecha o la creación de una comisión rogatoria que obtenga su testimonio en Brasil, una fórmula que puede llevar de seis a nueve meses.

Según el relato fáctico, la joven y su presunto agresor se conocían y este último, aprovechándose de la vulnerabilidad de la denunciante, le pidió que le acompañara a un hostal de la capital aragonesa. Allí la conminó a desnudarse y al no ceder ella la empujó contra la cama y la violó de forma brutal e intensa, según las acusaciones. Tras la agresión ella fue en autobús a la zona de la Bombarda y pidió ayuda en un kiosco del parque Castillo Palomar. A raíz de aquellos hechos, la joven, que presenta una minusvalía del 48%, recibe tratamiento psiquiátrico.