Se llevaban 15 años de diferencia de edad, pero el verdadero problema, más bien legal, es que la relación entre un joven y una chica era que esta tenía tan solo 13 años. Ella reconoce que estaba enamorada de él, pero eso no ha validado para que Erick A. M. se haya sentado este miércoles en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza por un delito de abusos sexuales. Afronta once años de prisión porque la Fiscalía entiende que la adolescente no tenía capacidad suficiente para dale un libre consentimiento a una relación sexual.

La relación entre ambos se remonta a agosto del 2019 y duró cuatro meses. La madre de la menor sabía que su hija tenía una novio pero no que era mayor de edad. Se enteró de ello el día en el que el encausado, defendido por la abogada Carmen Sánchez Herrero, se personó en el domicilio de la chica para preguntar dónde estaba. Hecho que escandalizó a la mujer cuando se enteró que un joven más cercano a los 30 años era la pareja sentimental y decidió ir a la Guardia Civil e interponer una denuncia que ha acabado con este joven en un banquillo y en prisión provisional porque se fugó el día que tenía que comparecer en este juicio.

La adolescente explicó a las tres magistradas del tribunal provincial que ella estaba muy enamorada de él y que no le importó la edad. De hecho, reconoció que ella le dijo a él su edad, que en ningún momento se la ocultó. También admitió que un ocasión la agarró de los pelos y de ahí que el ministerio público no solo le acuse de abusos sexuales a una menor, sino también de un delito de violencia de género.

Sin embargo, Erik A. M. aseguró que no sabía la edad de la chica e insistió en que mantenían una relación de pareja plenamente consentida y que en ningún momento le pegó.

Las psicólogas del Instituto de Medicina Legal y de Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) dieron credibilidad al relato de la menor, destacando la relación “asimétrica” entre esta y el acusado.

Es ahí donde basa la Fiscalía su acusación, considerando que el Código Penal castiga como abusos cualquier relación de carácter sexual con una menor de 13 años o menos. El abogado de la chica, José Antonio Cariñena, coincidió con el ministerio público proponiendo una condena de 11 años de prisión, así como una indemnización de 6.000 euros por daños morales.

La excepción

La edad de consentimiento sexual en España subió de los 13 a los 16 años con la entrada en vigor de la reforma del Código Penal del 2015. De esta forma, la legislación considera que por debajo de los 16 hay una falta de capacidad para consentir las relaciones íntimas. Sin embargo, hay excepciones. Estas salvedades se conocen en el marco del derecho comparado como «cláusulas de Romeo y Julieta». En la tragedia de Shakespeare ella no había cumplido los 14 años y a él también se le describe como joven, pero la obra no precisa su edad. El propósito es que establecer límites de edad no conlleve interpretaciones estrictas que impidan los encuentros sexuales entre personas de semejante edad y sensatez.

Es el artículo 183 quater en que en la Audiencia de Zaragoza se aplicó en una ocasión. En el banquillo se sentó una joven que con 23 años mantuvo encuentros eróticos con una chica de 13. Era su entrenadora de gimnasia, por lo que el prevalimiento de superioridad estuvo patente no solo por la diferencia de edad, sino también por la relación escolar entre ellas.

Inicialmente se enfrentaba a 11 años de cárcel por abusar de la adolescente, si bien la Fiscalía de Zaragoza decidió aplicar el artículo 183 quater del Código Penal, que le redujo condena a 2 años. El abogado de la acusada, el penalista José Cabrejas, demostró ante el ministerio público que la edad de madurez sexual entre ambas no era tan distante como los años que las separan. Además, la menor señaló que había sido consentido.  La Fiscalía General del Estado señala que «la capacidad de comprender y evaluar consecuencias de los actos no va ligada, de forma uniforme, a la edad cronológica. Cuanto mayor sea la diferencia de edad, más necesidad habrá de acreditar la semejanza en cuanto al desarrollo de la madurez».