Caso Abierto - El Periódico de Aragón

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SUCESOS EN ARAGÓN

Rompe la nariz al dueño de un perro por orinar en la calle en Zaragoza

El agresor, antes de darle un puñetazo, le recriminó que se mearan en la vía pública. La víctima llegó a perder la consciencia del fuerte golpe que recibió en la cara

JORDI OTIX / ARCHIVO

Zaragoza cuenta con unos 60.000 perros censados y el propio ayuntamiento de la capital aragonesa llegó a iniciar una campaña para intentar reducir los problemas en el mobiliario urbano que generan los orines de los canes. Una cuestión, al igual que la de los excrementos que algunos dueños no recogen, que genera sensibilidades. Prueba de ello es que un vecino de la ciudad acabó con la nariz rota, después de que otro le reprochara que sus animales orinaran en la esquina por la que andaba. Ha sido condenado.

La desproporcionada respuesta tuvo lugar, según los hechos probados de la sentencia del Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza, el 22 de marzo de 2021. Eran las 12.15 horas cuando Luis Moreno, sin antecedentes penales, se encontraba en la calle Cantín y Gamboa esquina con Asalto, en el zaragozano barrio de La Magdalena cuando se topó con un hombre que se dirigía hacia el parque Bruil con sus perros. En ese momento el acusado recriminó al propietario de los canes que les dejara mear en la calle, gritándole: «Te voy a partir la cara», a la vez que se dirigía hacía él.

Lo que no se imaginaba la víctima era que iba a cumplir su advertencia, propinándole una patada en el costado primero y posteriormente un puñetazo en el rostro.

Como consecuencia de ello, la víctima cayó sobre la acera, llegando a perder la consciencia. Sufrió una lesión consistente en fractura de huesos propios de nariz y otra fractura de la pared anterior del seno maxilar izquierdo. Desde la detención de Luis Moreno estaba vigente una prohibición de comunicación con la víctima y prohibición de aproximación a menos de 20 metros. En el momento de los hechos, el acusado se encontraba en plenas facultades intelectivas y volitivas.

Por todo ello, la magistrada titular del juzgado decidió imponerle una condena de un año y siete meses de prisión por un delito de lesiones, si bien no ingresará en prisión por no superar los dos años y no tener antecedentes. Asimismo, mantiene la medida de prohibición de acercarse al agredido y la amplía durante dos años y siete meses, tal y como solicitó el abogado de la víctima, Marco Antonio Navarro.

Asimismo, deberá pagarle por las lesiones causadas, la cantidad de 817,56 euros y por las secuelas 4.703,55 euros más las costas procesales.

La magistrada destaca la violencia del agresor, no solo cuando pegó a la víctima, sino que los propios agentes de la Policía que le detuvieron manifestaron en el juicio que en el momento del arresto espetó al denunciante que «se iba a cagar». A la vez destacó que la paliza fue «gratuita» porque en ningún momento el denunciante le dijo nada. De hecho, no tuvo oportunidad para hacerlo porque la respuesta del encausado fue sorpresiva. 

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