Nunca antes había afirmado ser víctima de la violencia machista, pero este lunes, Daniela Valencia Guevara aseguró todo lo contrario sentada en el banquillo de los acusados por matar de cuatro puñaladas en el pecho a quien era su pareja sentimental, Geovanny, de 28 años. Un crimen ocurrido el 14 de febrero de 2020 en Broto por el que esta joven afronta penas de entre 20 y 25 años de cárcel que solicitan las acusaciones. Su "sentimiento de culpabilidad" por haberle sido infiel, tal y como dijo, le impidió denunciarle, si bien ella acabó con su vida por "el miedo insuperable" que sintió y de ahí que la defensa pida la absolución.

Durante una declaración en la que la encausada repitió en numerables ocasiones las palabras “por miedo” y “por pánico” ante los miembros del jurado popular constituido en la Audiencia Provincial de Huesca, esta joven de 24 años reconoció que lo mató ella, pero que se defendió. 

“Cogió el cuchillo de la cocina, me cogió del jersey y me quedé de espaldas a él cuando me puso el cuchillo en el cuello”, afirmó, mientras destacaba que notó que le agredía. “Yo le pedía que por favor no lo hiciera, pero me dio unos pinchazos”, insistió a la vez que añadió: “Nunca tuve tanto miedo como ese día. No entraba en razón”. 

Sin mayor explicación, ambos estuvieron uno delante del otro y “sin fuerza” le pudo arrebatar a Giovanny (en cuya autopsia los forenses no observaron ningún tipo de lesión de defensa) el cuchillo de 27 centímetros. “Le enterré el cuchillo a Giovanny. En ese momento pensé que lo había matado. Cayó al suelo, me quedé ahí en la casa, no sabía qué hacer. No me podía creer lo que estaba viviendo, lo que había pasado, lo que había hecho”, apostilló. A continuación, tal y como explicó, se lavó y se autolesionó en el pecho con la misma arma homicida, si bien no fue el único momento, ya que también trató de tirarse al vacío cuando huyó tras el crimen.

Un asesinato que enmarcó en un momento en el que Geovanny estaba "fuera de sí" por celos. "Me dijo que era una puta, que siempre que me da una oportunidad hago lo mismo, le soy infiel", afirmó Daniela Valenzuela a la vez que añadió que le escupió y que le dio un golpe contra la puerta".

La víctima y la acusada en una foto conjunta. EP

Unas explicaciones que sorprendieron a la fiscala y al abogado de la familia de la víctima, puesto que ni en la Guardia Civil ni en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Único de Boltaña había hablado de un Giovanny maltratador. "Era una persona muy impulsiva, muy agresiva y ese día estaba fuera de sí, pero otras veces me cogía fuerte de los brazos, me empujaba cuando algo no le gustaba. No eran palizas, pero sí me daba bofetones y yo siempre le justificaba", explicó incurriendo en algunas contradicciones y usando como muletilla un "no me acuerdo" para no contestar.

También recordó que una semana antes le reprochó que fuera a un cumpleaños y que en su insistencia para que no fuera le quitó las llaves del coche de su madre y del que él le había dado. «Fui a su casa a por las llaves, tenía rabia, cogí su ropa de los armarios y la rasgué con un cuchillo». Unos hechos que ocurrieron el día 6 de febrero, ocho días antes del asesinato por el que la Guardia Civil analiza los cuchillos de la cocina y en el que, pese a todo ese tiempo transcurrido, hallaron fibras textiles en el arma.

"Yo quería irme al cielo con Geovanny, nunca quise hacerle daño. Fueron las circunstancias las que me llevaron a ello", afirmó Daniela Valencia en relación a la carta que escribió tras el crimen y antes de ser detenida al día siguiente por la Guardia Civil. Lo hizo, a su juicio, para confesar lo ocurrido.

"Yo quería irme al cielo con Giovanny, nunca quise hacerle daño. Fueron las circunstancias las que me llevaron a ello"

La encausada explicó que aquella pelea se inició tras tener una discusión por teléfono con su Geovany por una presunta paliza que él le había dado el día anterior a otro joven con el que ella mantenía una "relación clandestina". Una infidelidad que había sido la causa de que rompieran por primera vez en septiembre del año anterior, aunque luego volvieron a verse de forma esporádica.  De hecho, tenía pertenencias en casa de ella. Aquel día de San Valentín de 2020 decidieron romper definitivamente, si bien él, en opinión de ella, se resistió hasta el punto de quitarle el perro para que volvieran a verse. Y lo hizo, pero el desenlace fue trágico.

Los hechos que reconstruyó la Guardia Civil

Los hechos que reconstruyó la Guardia Civil se remontan a las 18.00 horas del 14 de febrero de 2020. Daniela Valencia mató a su exnovio Giovanny en el domicilio de este, "sin que tuviera capacidad de defensa y provocando de manera inmediata su muerte". El desencadenante de la agresión fue el "ataque de furia" que le provocó a la presunta asesina la decisión de la víctima, de 26 años, de poner fin a su relación. 

Antes de producirse el crimen, la mujer estuvo hablando con su expareja por teléfono durante más de veinte minutos, durante los cuales le trató de convencer de que reanudaran la relación.

La víctima, que había recibido ese mismo día la confirmación de que su pareja mantenía una segunda relación, rechazó esta posibilidad, por lo que la acusada, que había accedido al dúplex en el que vivía su novio con unas llaves que guardaba, cogió dos cuchillos de la cocina de 27 centímetros y, furiosa por la ruptura, rajó varias de sus prendas de vestir. Cuando Daniela Valencia Guevara estaba aún en la casa, la víctima llegó a su apartamento y fue atacado de manera sorpresiva y repentina, que le asestó cuatro cuchilladas. El joven ni tenía lesiones en las manos y se estaba quitando la cazadora cuando fue asesinado. 

La acusada fue detenida un día después en la localidad de Yebra de Basa, a la que llegó en el coche de la víctima tras deambular sin rumbo por varias pistas y caminos de la comarca. En la reconstrucción de los hechos confesó.

La fiscala solicita para la acusada por estos hechos una condena de 20 años de prisión, así como una orden de alejamiento a más de un kilómetro de los familiares de la víctima durante 10 años tras el cumplimiento de la condena e indemnizaciones por un total de 184.300 euros. Por su parte, la acusación particular, realizada por el abogado oscense Marcos Franco, solicita a su vez una condena de 25 años de prisión al entender que concurre una agravante de parentesco dada la relación de pareja de hecho que habían mantenido la acusada y la víctima.

Reclama, además, una orden de alejamiento a más de 500 metros de los familiares de la víctima durante un periodo de 10 años tras el cumplimiento de la condena, así como el pago de indemnizaciones por un total de 239.000 euros.

El letrado de la defensa, Mateo Ayala, califica los hechos como un delito de lesiones en concurso con otro de homicidio por imprudencia en sus dos variantes, grave o menos grave, y alternativamente como un homicidio doloso, sin precisar el tiempo de condena a aplicar. Considera que Daniela Valencia tiene un perfil de mujer maltratada.