Garantizar la estabilidad del material dañado por ser metálico y estar a la intemperie, «recuperar la estabilidad mecánica» debido a la pérdida de partes importantes estatua; y revertir «en la recuperación de la imagen histórica que hemos tenido estos años». Esos son los objetivos del estudio de conservación de la figura del Torico que ha realizado el Museo de Teruel y que da unas premisas de hacia donde tiene que ir la restauración de la obra, según la restauradora del Museo de Teruel y autora del informe, Pilar Punter. «Se ha observado detenidamente la escultura para así cuantificar los daños», explica. El lunes se cumple un año del fatal accidente por el que cayó al suelo cuando se retiraron las cuerdas colocadas en el superior de la columna con los soportales de la plaza.

Con estos datos y los reflejados en otro informe realizado por el CSIC a través del centro nacional de investigaciones metalúrgicas, en el que se explica qué tipo de aleación era (una fundición de hierro), se ha elaborado una propuesta de intervención basada en unos criterios que «se recogen en el informe, y que además está basado en la normativa de la ley de patrimonio histórico español y el aragonés». Estas líneas son las que dictan la propuesta de restauración cuyo presupuesto será de entorno a los 10.000 euros y durará entre «un mes y medio y dos meses», pero que «una vez que comience el trabajo se pueden ir perfilando y definiendo» de forma más precisa.

El estudio recomienda una limpieza, así como «el examen pormenorizado de daños porque tiene arañazos y erosiones», explica Punter. Pero sobre todo, será necesaria las reconstrucciones de partes que se han roto, de las que 9 llegaron al Museo de Teruel, a las que hay que añadir «las perdidas». Esto se refleja en «lagunas» que van a obligar a una «reintegración volumétrica para que la pieza esté completa y que «además se pueda mantener». El Ayuntamiento de Teruel propietario del Torico, será quién decida quién lleva a cargo la rehabilitación del emblema de la ciudad.

Vuelta al lugar original

La escultura ha perdido partes «importantes», ya que faltan las patas traseras y también parte de las delanteras. Al Museo de Teruel llegaron 9 fragmentos que son «los que se recogieron inicialmente» pero otras se perdieron. «Si hubo pillaje no se sabe pero algo debió ocurrir» ya que faltan piezas, lo que provoca que «esté muy afectado». El tratamiento que se propone será el añadido de materiales aunque, precisa que sería «mejor» contar con el material original. Además, presenta diversos rasguños producidos al caer al suelo.

Preguntada por cuál será el destino futuro de la escultura una vez rehabilitada, señala que esa decisión «la tendrá que tomar la entidad que tutela» la pieza a partir de las indicaciones que se hagan en el informe de tratamiento. Y es que acompañando a la restauración deberá elaborarse una memoria con el estado de conservación, los tratamientos realizados e «indicaciones de actuaciones preventivas». Todo ello marcará la decisión del ayuntamiento, que será quien diga el uso que se da a la escultura, siempre «teniendo en cuenta el respeto que se merece, además esta con unos daños que hacen que no sea la misma sobre todo a capacidad de resistencia».

¿Se puede colocar en su sitio? «Por supuesto», responde, pero «habrá que tener cuidado, como siempre había que haberlo tenido».

Lo que sí está claro que por plazos no se llega a la puesta del pañuelico con motivos de la Fiesta de la Vaquilla. «En esos plazos ya no estamos, porque el tratamiento no da de sí y si dura un mes y medio o dos meses, ya no contamos con él». Así que, como el año pasado, será de nuevo una réplica a la que se impondrá el pañuelo para celebrar los festejos de la ciudad.