Este sábado, 20 de marzo, a las 10 horas y 37 minutos, hora peninsular, se producirá el equinoccio vernal, según anuncia el Observatorio Astronómico Nacional. Es el momento en el que el día y la noche tendrán exactamente la misma duración. A partir de entonces, el Sol pasará de estar al sur del ecuador de la Tierra a estar al norte.

Así es como llega la primavera al hemisferio norte del planeta, una estación que se prolongará hasta el 21 de junio con el comienzo del verano, y que conlleva unos cambios ambientales que suponen toda una eclosión de vida en el medio natural.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha avanzado que, después de un invierno de contrastes y que será histórico por el paso de la borrasca Filomena, la primavera será “probablemente” más cálida de lo normal en el conjunto del país, al menos 0,5ºC por encima de la media. Además, será más avara en cuanto a las precipitaciones, ya que la Aemet pronostica una estación más seca que en años anteriores.

Ese aumento de temperaturas generalizado junto a la prolongación progresiva de las horas de sol provocará la fusión de las nieves y el derretimiento de los suelos helados, lo que favorece la activación de la vernalización, el proceso mediante el cual las plantas detectan las condiciones ambientales óptimas para florecer, después de un largo invierno expuestas al frío.

El resurgir de la Naturaleza

De hecho, la floración de los campos es uno de los momentos más asociados al concepto del “renacer” de la naturaleza atribuido a la primavera, con gran protagonismo de los cerezos, los almendros, los ciruelos o las amapolas, las margaritas y los girasoles.

En el mundo animal, esta estación es también todo un revulsivo. El entorno natural está reverdecido, han brotado las flores y los árboles están cargados de frutos, por lo que el sustento no es un problema. Además, el clima es más confortable, con temperaturas y precipitaciones menos extremas y con más horas de luz solar. Por ello, la primavera se perfila como el mejor momento del año para el apareamiento, ya que garantiza, en mayor medida, la supervivencia de las crías.

Por tanto, se produce el retorno de las aves migratorias, que vuelven a la península para criar, como es el caso de las golondrinas o los vencejos, que regresan desde África tras pasar allí el invierno. El cortejo de las aves trae consigo la proliferación del canto de las diferentes especies, la construcción de sus nidos y diversos ritos nupciales, como el de los flamencos en los humedales españoles.

Esta estación pone fin también al período de hibernación de las especies, como es el caso del oso pardo cantábrico, para retomar su actividad. Por otro lado, los mamíferos dan a luz a sus crías a la par que eclosionan los huevos de las aves, los reptiles y los insectos.

La explosión floral garantiza el néctar suficiente para satisfacer a colmenas en su punto más álgido de actividad, así como para las mariposas y otra serie de polinizadores que abundan en los meses primaverales. Los campos verdes sirven de alimento para los grandes herbívoros como los ciervos o los venados, y también de menores dimensiones como los conejos. Estos últimos, a su vez, se convierten en presa de las especies depredadoras. Una gran sincronía de elementos que permite el inicio de un nuevo ciclo de vida en los ecosistemas.

Fenómenos astronómicos

Los amaneceres de la primavera ofrecerán un cielo en el que dominará la presencia de Júpiter y Saturno, mientras que al atardecer podrá avistarse el planeta rojo, Marte. A finales de abril, se unirá Venus y, durante el mes de mayo, también lo hará Mercurio.

Un eclipse total de Luna será visible el próximo 26 de mayo para aquellos afortunados que residan al este de Asia, Australia, el Pacífico y América. El 10 de junio se producirá un eclipse anular de Sol que podrá contemplarse desde Norteamérica, Europa y Asia. El Observatorio Astronómico Nacional señala que este último fenómeno se verá de forma parcial en España.

Por último, el cambio de hora. El 28 de marzo las agujas del reloj se adelantarán una hora: a las dos de la madrugada hora peninsular serán las 3 (la 1 de la madrugada en Canarias pasará a ser las 2), con lo que se retomará el horario de verano.

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