La explotación de los depósitos españoles de litio y tierras raras magnéticas para electrificar el transporte y descarbonizar la economía divide a los expertos. No hay acuerdo sobre la conveniencia o no de basar la transición energética en la extracción de estos materiales estratégicos.

La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles su hoja de ruta legislativa que permitirá a la Unión Europea (UE) despedirse del CO2 a mitad de siglo y convertir la crisis climática en una oportunidad de crecimiento sostenible.

Uno de los grandes ejes de la propuesta afecta al sector del transporte, responsable de un cuarto de las emisiones de la UE, y al que la CE planea elevar progresivamente las exigencias medioambientales para que en 2035 sólo se vendan motores no contaminantes, lo que supone un impulso definitivo al vehículo eléctrico que descarbonizará el sector.

“Este contexto pone de manifiesto la importancia de los metales estratégicos y las tierras raras magnéticas” recursos “de los que dependen la descarbonización de las ciudades”, explico a Efe la investigadora del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Susana Timón.

La extracción de estos materiales supone un “coste ambiental elevado” que, de momento, permanece “externalizado en países lejanos” para “cumplir los objetivos marcados por Europa” para descarbonizar la economía.

Timón, que investiga los yacimientos “potenciales” de metales estratégicos en España, destaca que “el noroeste de la Península es una región metalogenética reconocida a nivel mundial”, que ofrece una fuente de estos metales estratégicos, como “el litio, el niobio o el tántalo”.

Mina de litio de Valdeflores

Mina de litio de Valdeflores Un caso muy conocido es el proyecto minero de litio de San José de Valdeflores (Cáceres), un depósito con unas reservas estimadas que “lo sitúan como el segundo mayor yacimiento de litio de Europa”, pero permanece paralizado porque “hay una oposición social y política muy fuerte”.

Cristina Gutiérrez, portavoz de la plataforma Salvemos la Montaña de Cáceres, se opone a este proyecto a cielo abierto por la cercanía a la capital cacereña, ya que “se encuentra a 800 metros de una ciudad de 100.000 habitantes” y Patrimonio de la Humanidad, señala.

Gutiérrez ha destacado que este proyecto es “inviable por el polvo en suspensión, la contaminación acústica y el agotamiento de los recursos hídricos”, que implicaría su explotación, actividad que además pondría en riesgo “un monte mediterráneo bien conservado en el que conviven otras actividades como la ganadería y el turismo”.

“No queremos convertirnos en una zona de sacrificio para una transición ecológica al servicio de la industria minera”, denuncia.

Sin embargo, Timón señala que “paradójicamente, los sectores que defienden la electrificación del transporte no quieren las minas aquí”, pero estas ofrecen “una oportunidad para reindustrialización, ya que podríamos elaborar el litio refinado del que somos totalmente dependientes”, para “fabricar las baterías en España”.

“Ahora se extrae el litio en Chile, los componentes se elaboran en China, y posteriormente los vehículos se fabrican en Occidente”, por lo que la huella de carbono “de ese ir y venir”, hacen que el sistema actual “no sea sostenible“, asegura Timón.

Además del litio, “Europa depende en un 90 % de las importaciones chinas de tierras raras magnéticas”, necesarias para fabricar imanes permanentes para los motores de nueva generación, explica María Jesús González, secretaria general de la Asociación para la Transición Energética.

Motores eléctricos y aerogeneradores más eficientes

Motores eléctricos y aerogeneradores más eficientes Estos imanes “son importantes porque ofrecen motores eléctricos y aerogeneradores más eficientes”, cualidad en torno a la que se han fijado los objetivos para descarbonizar la economía en Europa.

La industria española del automóvil y los aerogeneradores, sectores “que representan el 14 % del PIB” podría beneficiarse de estos yacimientos para “asegurar una cadena de valor desde la mina al producto final”, lo que permitiría que España fuera “independiente” en su camino a la transición ecológica, subraya González.

Elena Solís, responsable de Minas de Ecologistas en Acción, explica que la transición ecológica no puede basarse “en sustituir la dependencia del petróleo por la de los minerales”.

Solís advierte del “impacto de la búsqueda indiscriminada de esos materiales en España” y señala que el planteamiento del desarrollo minero “pone en un dilema a los consumidores” ya que “los culpabiliza de externalizar el coste ambiental de las tecnologías verdes”.

Los ecologistas defendemos el coche eléctrico siempre y cuando sea un vehículo de transporte colectivo”, porque “el coche eléctrico como medio de transporte individual es muy caro por la cantidad de materiales usados para su fabricación”.

A pesar de “los abusos ambientales y de derechos humanos cometidos en China para extraer estos recursos”, Solís considera que ello “no sirve de excusa” para “empezar a hacer lo mismo en España”.

Solís opinó sobre el caso del proyecto de Matamulas, en Campo de Montiel (Ciudad Real), un yacimiento de tierras raras magnéticas cuya explotación “implicaría remover miles de toneladas de tierra que dañarían la economía agrícola local” además de levantar una polvareda que “alteraría a la fotosíntesis de las plantas”.

La solución pasa por el decrecimiento del consumo de materiales”, por lo que los ecologistas rechazan esta “estrategia para descarbonizar la economía”, concluye.

Pacto europeo por el clima: https://ec.europa.eu/clima/policies/eu-climate-action/pact_es

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