El conseller de Urbanismo de la Comunitat Valenciana, Arcadi España, y José Delgado, responsable de la Unidad Sísmica de la Universidad de Alicante, han presentado el mapa de actividad sísmica de esta comunidad autónoma, que dibuja la probabilidad de que se produzca un terremoto en el periodo analizado, unos 475 años.

El mapa deja claro que toda la Comunitat Valenciana es una zona de peligrosidad sísmica, pero la Vega Baja y la falla que existe entre los límites de las provincias de Alicante y Valencia son las áreas más peligrosas.

Delgado subraya que «no debemos vivir obsesionados con el tema de que va a producirse un terremoto, aunque va a ocurrir. De hecho, todos los seísmos que se han producido este verano en la provincia de Alicante no son nada extraordinarios y no difieren mucho de la situación y número de otros años».

Delgado incidió en que «lo que se tiene que tener en cuenta es que, a la hora de construir, debe respetarse al máximo y aplicar con rigor la norma técnica vigente. En el mapa que hemos realizado se reflejan las zonas donde pueden producirse aceleraciones del suelo más o menos altas, según los datos históricos. La norma sismorresistente fija con claridad lo criterios. Ahí sí que debemos ser rigurosos como ciudadanos», apuntó Delgado.

El mapa supone un buen complemento para los técnicos a la hora de planificar construcciones. Delgado subrayó que no está por encima de la norma, pero sí que puede ayudar. «El mapa es útil en múltiples facetas. Para diseñar planes de emergencia y diseño antisísmico. Todo lo que sea implementar medidas para mejorar la respuesta ante los terremotos es importante», aseveró Delgado.

Por su parte, el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, dijo que «este mapa nos permite diseñar mejor los instrumentos de planificación territorial, identificar los lugares de la Comunidad Valenciana donde debamos tener más cuidado por ese riesgo sísmico que está ahí, ser conscientes de que vivimos en un territorio donde existe este riesgo».

Además, destacó la importancia de esta cartografía para planificar de una forma correcta y eficaz los servicios de emergencia. «En estos dos ámbitos esenciales, la emergencia y la planificación, la colaboración entre la Generalitat y la Universidad de Alicante resulta fundamental para tener este mapa de riesgos sísmicos y poder todos trabajar con más cuidado y precisión», ha añadido Arcadi España.

Los mapas se han incorporado a la colección autonómica de mapas temáticos CV350 del ICV. Por una parte, se ha realizado el mapa de peligrosidad sísmica de la Comunidad Valenciana para un periodo de retorno de 475 años con datos sísmicos obtenidos de la base de datos de zonas sismogénicas de la Península Ibérica y territorios de influencia para el cálculo de la peligrosidad sísmica en España.

Por la otra, se ha diseñado el mapa de sismicidad y fallas activas en la Comunidad Valenciana, con datos temáticos obtenidos del catálogo de terremotos elaborado y mantenido por el Instituto Geográfico Nacional y de la base de datos QAFI (Quaternary Active Faults Database of Iberia).

Torrevieja, 1829: el terremoto que mató a casi 500 personas

Torrevieja tiene en estos momentos el récord de destrucción por un terremoto. Eran las 18.15 horas del 21 de marzo de 1829, cuando la tierra tembló con una intensidad de 6,6 grados en la escala de Richter en la Vega Baja. La comarca sufrió un gran y asolador terremoto. Era sábado, ya de noche, y a la mayoría de vecinos les pilló en casa.

Eran viviendas de varias alturas, sin cimentación, con vigas de madera poco resistentes y en calles estrechas, de modo que fueron cayendo y arrastrando con ellas a las de los vecinos. No quedó piedra sobre piedra en Torrevieja, Guardamar tuvo que ser rediseñado y Almoradí sufrió aún más.

En la comarca de la Vega Baja quedaron «asoladas» 2.965 casas, otras 2.396 «quebradas», siguiendo la terminología de la época. El recuento de daños se detalló por iglesias (nada menos que 30 en «Orihuela y su partido», dos en Almoradí, otras dos en Formentera… 47 en total), por puentes (cuatro) o por molinos de aceite y harina (86 y diez respectivamente).

Pero el recuento más duro fue el de los muertos y los heridos: 386 y 375, respectivamente, en la comarca; 192 y 150 sólo en Almoradí, donde se registraron los mayores daños.

Cientos de edificios en riesgo en la actualidad

En este sentido,  cerca de la mitad de los edificios con más de 50 años de antigüedad construidos en la primera línea del mar en localidades como Alicante, San Juan, El Campello, Elche, Santa Pola, y el resto de los municipios costeros de la provincia de Alicante, levantados en los años 60 y 70 del siglo XX, están en riesgo de sufrir daños en caso de recibir el impacto de un terremoto de magnitud 6 en la escala Ritcher, porque en su día se levantaron utilizando malos materiales, los de la época por otro lado.

Un informe del grupo de investigación de Simulación, Modelización y Ensayo de Estructuras de la Universidad de Alicante advierte de que los inmuebles se han convertido en vulnerables en caso de que se produzca un seísmo a partir de seis grados, y los expertos reclaman su revisión.

La causa es el deterioro de sus estructuras de hormigón, algunas levantadas con malos materiales y muy sometidas a la erosión provocada por el viento y el salitre marino. Además, se edificaron sin que estuvieran en vigor normas contra los movimientos sísmicos, sencillamente porque no se exigían. «Los edificios no se van a caer, pero necesitan una revisión técnica», alerta Salvador Ivorra, catedrático director de la investigación. Aunque se suelan detectar problemas en balcones y voladizos, los pilares de las plantas bajas suelen ser los elementos más críticos.

Fundamental es que las comunidades de propietarios sean conscientes de que los inmuebles deben someterse a la obligada inspección técnica regulada por el Consell cuando el edificio cumple 50 años. Hay, incluso, ayuntamientos como el de Santa Pola, que ya han recortado el periodo de revisión a los 40 años. La provincia de Alicante está considera como una zona de riesgo medio en cuanto a la posibilidad de sufrir un terremoto y, de hecho, todos los día se producen seísmos, la mayor parte suaves, de entre uno y cuatro grados en la escala Ritcher, pero los expertos no descartan que pudieran volver a producirse terremotos de 6 grados Ritcher como el que sacudió Torrevieja en 1829, dejando casi 400 muertos.

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