El Ayuntamiento de Madrid, a través de operarios especializados, ha comenzado a exterminar miles de cotorras argentinas que invaden la capital y que causan graves molestias a los ciudadanos, además de ser una especie exótica invasora. El parque de Fuente del Berro es el primer lugar en el que se está aplicando el plan anunciado meses atrás para exterminar alrededor de 13.000 ejemplares de cotorra argentina y de Kramer, las dos especies invasoras más abundantes en la capital. La polémica ya se ha desatado, porque esta campaña de control se lleva a cabo mediante disparos con carabinas de aire comprimido.

El Ayuntamiento ha confirmado, ante las denuncias de entidades animalistas por el método elegido, que se trata de una actuación recogida en un plan municipal licitado en febrero a las empresas Matinsa y Dypasa por 2,9 millones de euros y que tiene una duración de 23 meses.

La actuación se ciñe a la autorización de la Comunidad de Madrid para reducir estas aves exóticas invasoras, y el contrato suscrito establece el empleo de carabina de aire comprimido en circunstancias específicas y recintos acotados, ha añadido el área de Medio Ambiente y Movilidad.

El Consistorio añade, sin embargo, que el grueso de las operaciones que se han llevado a cabo y se realizarán en el futuro en la ciudad serán con los métodos de cañón-lanza, redes y de red de libro.

Fuentes municipales recuerdan que el Ayuntamiento puso en marcha este plan “por motivos de seguridad y protección de la salud humana”, ya que la población de cotorra argentina, que es un vectores de transmisión de enfermedades, ha aumentado un 85 % desde el año 2015 y un 665 % si se tiene como referencia el año 2005, ha informado Efe.

Expertos como el investigador de la Universidad de Málaga José Luis Postigo Sánchez, han avalado esta campaña, y recuerda que en 2024, si no se actúa, podría llegar a una población de 42.000 cotorras invasoras en Madrid, por lo que es urgente adoptar medidas para revertir dicha tendencia, ha declarado a la misma agencia.

Aparte de Madrid, el problema de las cotorras invasoras está creciendo en Barcelona, Sevilla y Málaga; sin embargo,  Postigo advierte de que también existen poblaciones de menos de 500 cotorras en más de 80 ciudades, y no actuar sería como “no apagar un incendio hasta que amenace a un parque nacional”.

Postigo habla de varias posibles técnicas para reducir estas poblaciones, que van desde la captura, esterilización y adopción hasta las diferentes formas de control letal.

En el caso de las cuatro ciudades donde las poblaciones de esta especie invasora son más grandes, la única solución viable, por ser la más rápida y efectiva, parece ser la que implica la muerte del animal.

Y si se atiende a la primera de las técnicas mencionadas, podría “desatascar la situación”, según palabras del ambientólogo, en aquellos 80 municipios donde las poblaciones de cotorras invasoras todavía no suponen una amenaza para las especies autóctonas.

De hecho, resulta posible, técnica y legalmente, gracias al Real Decreto de Especies Invasoras, que pese a prohibir su liberación una vez capturadas, permite su adopción bajo ciertas condiciones, siendo esterilizadas e inscritas en el registro de especies invasoras.

No obstante, Postigo critica en un artículo la inacción de esas 80 ciudades ante el peligro inminente: “Seguramente no intentan controlar sus cotorras para evitar la avalancha de críticas a la que estamos asistiendo”.

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