El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha denegado a la empresa Berkeley la autorización para construir una planta de fabricación de concentrado de uranio que la compañía preveía ubicar en el municipio salmantino de Retortillo. De este modo, se pone punto final al proyecto de esta mina de uranio, que levantó desde el primer momento una auténtica oleada de rechazo popular en toda la provincia.

La resolución del ministerio se produce después de que el pasado 13 de julio el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informara desfavorablemente sobre la solicitud presentada por Berkeley el 7 de septiembre de 2016 para construir la que pretendía ser la mina de uranio a cielo abierto más grande de Europa.

En su dictamen, el organismo explica que su valoración responde a la escasa fiabilidad y las elevadas incertidumbres de los análisis de seguridad de la instalación radiactiva en los aspectos geotécnicos e hidrológicos.

Con este informe del CSN, que es vinculante, y tras analizar las alegaciones de la empresa, el ministerio ha decidido denegar la autorización de construcción de la instalación nuclear.

La orden del Miteco se publicará en el Boletín Oficial del Estado.

La plataforma Stop Uranio, uno de los grupos cívicos más activos contra el proyecto de una mina de uranio concentrado en Retortillo (Salamanca), ha celebrado la decisión del Gobierno de España de no autorizar a la multinacional Berkeley la explotación: “Lo esperado, aunque llega tarde” y que deja cicatrices.

“Era lo esperado. El Ministerio (para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) no podía hacer otra cosa después del informe desfavorable del Consejo de Seguridad Nuclear emitido el pasado julio. Fue hace seis meses. Ha tardado mucho”, ha explicado este viernes a EFE el portavoz de Stop Uranio, José Ramón Barrueco.

La razón de esta demora, en opinión del portavoz, ha sido la necesidad del Ministerio de “dejar atado y bien atado” una resolución ante cualquier posible reclamación judicial por parte de Berkeley, “no dejar ningún cabo suelto”.

“Estamos contentos aunque lo dábamos por hecho”, ha añadido el portavoz de Stop Uranio, una plataforma cívica registrada legalmente en 2013 y domiciliada en Boada (Salamanca), cerca de Retortillo, “pero ya existíamos a mediados de 2007 cuando se empezó a hablar de la posibilidad de una mina y algunos alcaldes estaban a favor”, ha precisado.

No obstante esta decisión contraria, el proyecto de la mina ha dejado “afecciones en el terreno y también en la convivencia” entre la gente de los pueblos de la zona: “El malestar de quienes piensan que por culpa nuestra se han quedado sin un puesto de trabajo”.

En el plano físico y geográfico, el proyecto fallido se ha llevado por delante unas dos mil encinas centenarias que fueron taladas hace años para explanar el terreno, acondicionar una balsa que fue construida y habilitar un desvío de acceso a la zona desde una carretera propiedad de la Diputación de Salamanca.

José Ramón Barrueco ha declarado: “Ahora esperamos la notificación oficial del Ministerio y el detalle de las argumentaciones”.