Los ácidos grasos quizá no sepas lo que son, aunque si has escuchado Omega 3 sí que te suenen más. Son las grasas esenciales del cuerpo y que se encuentra en los alimentos que consumimos y sus moléculas suelen agruparse de tres en tres, dando lugar a otro concepto que seguramente hayas escuchado: triglicéridos.

Hay un montón de alimentos que son ricos en Omega 3, que es fundamental para el cuidado del corazón y del sistema cardiovascular y que se encuentra de forma natural en muchos alimentos.

En el pescado es donde más abunda y en concreto en el azul. Sardinas, boquerones, salmón o atún tienen grandes cantidades y hay que añadirlos a la dieta semanal. Pero también se encuentra en alimentos tan básicos como el aceite de oliva, los frutos secos (en especial las nueces), el marisco, las verduras de hoja verde o los aguacates.

Cuida del oído

Pero aparte de los beneficios ya conocidos ha surgido uno quizá inesperado pero de eficacia demostrada gracias a un estudio elaborado por la Universidad de Sídney (Australia). Se analizaron los datos de 2.956 participantes mediante un estudio de frecuencia de consumo de pescados ricos en Omega 3 y la conclusión fue clara.

"Una intervención alimenticia con ácidos grasos Omega 3 poli-insaturados podría prevenir o retrasar el desarrollo de la pérdida de audición por envejecimiento". En definitiva, el Omega 3 nos ayuda a no perder audición a lo largo de nuestra vida.

Yendo más a lo concreto, ingerir pescado dos veces a la semana se asocia a una reducción del riesgo de perder audición de hasta un 42%, mientras que entre aquellos que lo comían una vez por semana el porcentaje era notablemente menor. Todo ello dentro de un grupo de edad superior a los 50 años, cuando el deterioro auditivo es mucho más palpable.

Con respecto a los ácidos grasos de cadena larga se reducía un 14% ese riesgo de perder oído por motivos de edad. Si ya era fundamental consumir pescado por sus innumerables beneficios, ahora se une otro.