Los gatos son de los animales más nobles, cariñosos y fieles que podemos tener. Y eso por no decir lo adorables que son, aunque si se les hace enfadar tienen una personalidad algo retorcida y se pueden cabrear demasiado. Son unas grandes mascotas, son muy limpios, lo cual es uno de sus grandes puntos a favor, y es muy difícil que tengan un mal gesto hacia sus dueños, pero conviene mantenerlos contentos y hay algunos comportamientos que no les gusta y que pueden erosionar vuestra relación.
Aquí va una lista de cosas que tu felino detesta y que debes evitar lo máximo posible.
Agua
Empezamos por quizá lo más evidente. No les gusta ni mojarse ellos ni mucho menos que les mojes tú porque desconfían mucho. La teoría más extendida es que su origen se remonta a lugares más bien desérticos y con poca presencia de agua, por lo está muy arraigado en su ADN.
Caricias en la cola, patas o barriga
Hay algún gato que las tolera, pero en general no les gusta nada porque son zonas sensibles. Sin embargo, la cabeza, la barbilla, las orejas o el lomo sí que les gusta y de hecho verás que ellos mismos te buscarán para que les des cariño.
Cogerles en brazos
Como cuando te hablamos de lo que no le gusta a los perros, los animales odian la sensación de inseguridad y estar en brazos atados y sin capacidad de huida les pone nerviosos. Y tumbados boca arriba más de lo mismo por idéntica razón.
Tomar medicación
No les gusta nada su sabor y de hecho suele costar bastante que se la tomen. Son animales a los que les gusta descubrir y tomar decisiones por sí mismos y cuando se les fuerza abriéndoles la boca se cabrean, igual que si se le cura una pata porque escuece o si se echan gotas en los ojos.
El coche
Un gato está contento en casa, en su terreno y con su espacio. Sacarle de su zona de confort no les gusta y meterles en un coche les limita el espacio y les pone nerviosos. Y mucho más todavía si se usa un transportín.
Olores fuertes
Tienen un olfato privilegiado y mucho más sensible que el nuestro, así que si a nosotros nos molesta la gasolina, el vinagre o la lejía, a ellos mucho más.
Ruido
La misma explicación que con los olores se puede dar. Tienen unos sentidos mucho más desarrollados que los nuestros y son propensos a asustarse. Cuida con el volumen de la tele o la música y, aunque eso es difícil de controlar, mejor si vives lejos de tráfico denso, de los cláxones o los petardos.
Los cambios
En general son animales que se acomodan a un estilo de forma y una manera de hacer las cosas y que se lo cambies les desconcierta y les molesta. Moverle de sitio la comida y la bebida, el arenero o un cambio en su comida es muy probable que no lo tolere bien y que no lo entienda.
Falta de espacio
Aunque estén en una casa, los gatos odian estar encerrados en un espacio pequeño. Por eso no se llevan nada bien con las puertas cerradas, porque les gusta mucho inspeccionar y tener una sensación de control sobre todo para sentirse seguros.
Ir al veterinario
Si te paras a pensar básicamente reúne muchas de las cosas que te hemos contado, porque supone que les van a agarrar, a hacerles tomar medicación, hay que llevarles en coche o en transportín y les sacas de la rutina. Vaya, una experiencia desagradable.