Los eternos debates de la tortilla de patata jamás se terminarán. ¿Con o sin cebolla? ¿Con la patata cortada en trozos pequeños o en láminas? ¿Trozos más grandes o más pequeños? ¿Cuajada o más bien líquida? ¿Rellena o clásica? ¿Rechoncha o fina?

Te guste como te guste, hay conceptos básicos que cumplir para que quede perfecta y a tu gusto, sin pasarse hasta llegar a quemarla o que quede tan cruda que sea incomible. Es uno de los grandes manjares de nuestra gastronomía y si consigues dar con la tecla serás la envidia y disfrutarás muchísimo comiéndola.

Los trucos

La primera duda que nos suele asaltar es cuántos huevos se deben utilizar para que no quede ni muy líquida ni muy espesa. Un par de medidas bastante aceptadas es usar un huevo L por una patata normal tirando a grande o por cada tres patatas usar cuatro huevos si son tamaño XL o uno más si son más pequeños.

De todos modos, es algo que podrás ver con tus propios ojos. Una vez frías la patata (y la cebolla si decides echarla) deberás juntar todo en un bol, un plato grande o un recipiente en el que quepa todo y juntarlo y podrás ver si le hace falta un huevo más o no.

La cebolla, si al final le echas, la puedes echar en trozos pequeños para que casi no se note o cortada en juliana, es decir, tiras largas. La clave es pocharla y no freírla, por lo que es indispensable hacerla a fuego medio y sin ningún tipo de prisa.

Que esté más o menos cuajada es tu decisión.

En cuanto a la patata, usa la variedad que más te guste y puedes hacerla en pequeños trozos o en láminas más grandes que se podrán ir partiendo durante la fritura, pero es indispensable hacer dos cosas. Una es que los trozos o láminas sean más bien finas y del mismo tamaño (ni una hoja de papel ni un dedo de grosor, un punto medio) y otra es que, como la cebolla, no se debe quemar, se tiene que ablandar, así que indispensable usar fuego medio. Otro consejo, este de perogrullo, es que los ingredientes deben ser de calidad para que quede perfecta.

A la sartén

Pincha la patata y cuando esté blanda y entre y salga el palillo o cuchillo sin dificultad escurre todo y júntalo con el huevo. Echa una gota de aceite, distribuye por la sartén, que debe ser antiadherente sí o sí, y a fuego medio.

Y aquí va a estar quizá la mayor clave de todas: el tiempo. Si te gusta poco hecha y es más o menos gorda, con 40 segundos por lado o un minuto como muchísimo será más que suficiente y a partir de ahí como más te guste.

El mejor consejo que os podemos dar es que la mováis, metáis un palillo e incluso la toquéis para ver si está blanda por dentro o no. Entre eso, el tiempo por lado y la experiencia, le terminarás por coger el punto perfecto.

Por último, para darle la vuelta puedes usar la tapa de sartén o un plato grande y, sobre todo, hazlo con mucha decisión y con un movimiento rápido y sin vuelta atrás (nunca mejor dicho). Por último, a disfrutar.