Hay poca gente a la que no le guste la pasta. De hecho, es uno de los alimentos estrella en los hogares españoles porque es muy fácil de preparar, permite un montón de combinaciones y jamás pasa de moda. Además, es uno de los primeros platos que solemos aprender a cocinar, por lo que acabamos echando mano muchas veces de él.

Ahora bien, tampoco hay que obviar que tiene unos niveles de hidratos de carbono muy altos y que los acompañamientos pueden elevar considerablemente los niveles de grasas y de calorías diarias, lo cual para nuestro cuerpo puede no ser bueno. Tanto es así que si queremos perder peso, la pasta no debe ser un alimento demasiado recurrente.

Pero por otro lado debemos seguir una dieta sana y equilibrada y la pasta debe estar incluida de algún modo. Con moderación, pero tiene que estar. Así que por eso te dejamos unos cuantos trucos para que sea buena e incluso ayude a perder peso y a adelgazar esos kilos de más.

Muy sencillos

Uno de los grandes problemas con la pasta es la cantidad. Hay que limitarla, que no nos hinchemos con un platazo sino que los acompañamientos sean los que ayuden a saciarnos. Además de pesarla (70-80 gramos por persona máximo), uno de los trucos es echar una ración en un plato en seco, es decir, antes de cocinarla, aunque ten en cuenta que va a crecer al absorber el agua.

Y el otro problemón son los acompañamientos. El chorizo, la panceta, la carne picada de ternera o cerdo, el bacon... Es lo que realmente marca la diferencia porque son alimentos muy grasientos y que elevan sobremanera los niveles de calorías. Para ello hay tres alternativas: tirar de verduras como espinacas, brócoli, trigueros o setas; aderezar la pasta con especias como el orégano, la albahaca o la pimienta, u optar por proteínas que no tengan grasas, como las latas de atún al natural, la pechuga de pollo o pavo a la plancha e incluso el marisco.

Cuida con las salsas que le agregas a la pasta.

También ten muchísimo cuidado con las salsas. La bechamel se hace ligando harina con una grasa (aceite o mantequilla) y la nata tiene un índices muy elevados de grasas. Tampoco el queso, aunque es una delicia en la pasta, es bueno por su contenido grasiento.

Y otro truco que poca gente pone en práctica es cocinar la pasta al dente, es decir, que quede todavía un poco dura, porque necesita más tiempo para ser digerida, por lo que nos dará tiempo a quemarla más rápido y además estaremos saciados más tiempo.