La tarta de queso es uno de los postres más célebres de la gastronomía española y toda una experiencia culinaria. Como las tortillas de patata por ejemplo, hay de muchísimas texturas y con más o menos detalles para enriquecerla y darle multitud de sabor. Pero lo que no falla es que tiene un sabor muy peculiar y muy agradecido con el paladar.

Quizá la más célebre de toda España es la del restaurante La Viña, una de las tartas de queso más buenas de todo el mundo y que más líneas ha llenado en Internet por su sabor. Miles de personas se han lanzado a intentar imitarla y no es para menos, porque su sabor es espectacular y queda muy esponjosa.

Pero una de las innovaciones en la tarta de queso que más se está poniendo de moda es hacerla con el exterior bien cuajado y el interior líquido, que escurra puro queso de dentro, que se sientan las distintas texturas. En definitiva, que parezca un coulant. Para ello hay que aplicar las técnicas de manera adecuada, las cuales te presentamos en esta receta que puedes probar ahora que se acerca la Navidad para sorprender a tus invitados.

Ingredientes

  • Queso crema (700 gramos) o un par de envases tradicionales de supermercado.
  • Opcional: un queso que te guste en forma de crema o derretido. Puede ser brie, camembert, azul, roquefort, cabrales... El toque va en función de cada uno.
  • 4 huevos
  • 250 gramos de azúcar
  • 400 ml de nata para montar (que no de cocinar)
  • 10 gramos de almidón
  • Opcional: esencia de vainilla, azúcar glass, frutos rojos...

La receta

Lo primero es mezclar todos los quesos que hayas decidido usar. Si has utilizado solo el crema poco tendrás que hacer por no decir nada más que meterlo en un bol, pero si has usado otros caliéntalos con mucha calma y a fuego suave, sin prisa. Mezcla muy bien con las varillas, que pueden ser manuales o usar unas eléctricas, que te facilitarán la labor.

Después añade primero el almidón y mezcla. Cuando esté todo bien homogéneo (no te llevará apenas nada), añade los huevos, el azúcar y la nata y repite el proceso hasta que vuelva a estar homogéneo.

Es hora de engrasar el molde con un poco de mantequilla para evitar que se pegue y verter la mezcla que hemos preparado. Precalienta el horno a 170 grados con calor arriba y abajo y métela dentro por 35 minutos. En ese punto mueve un poco el molde y si "baila" la tarta. Eso es buena señal, pero la definitiva te la dará un palillo: mételo en el centro y si sale ligeramente humedecido está perfecta. Si no, un par o tres de minutos más y ya.

Antes de desmoldarla déjala que se vaya enfriando poco a poco, primero en el horno apagado y con la puerta abierta y después a temperatura ambiente. Por último, decora como quieras (frutos rojos, una mermelada, azúcar glass, lacasitos...) y sirve.