Quizá lo creas descabellado, pero se estima que casi el 40% de los hogares tiene al menos un perro como mascota. Son unos animales muy fieles, tanto que suelen considerarse nuestros mejores amigos e integrantes de nuestra familia. Ahora bien, también es verdad que son mascotas que necesitan de mucho cariño y que, generalmente, no quieren dormir solos.

Entonces surge una de las grandes dudas, sobre todo en los primeros días, cuando se tienen que acostumbrar a su nuevo hogar. ¿Es bueno que duerman en nuestra misma cama? ¿Mejor en la habitación pero en su propia cama? ¿Es recomendable que duerman solos en otro cuarto o estancia de la casa?

La respuesta, como habrás podido imaginar, no es categórica, no es de blanco o negro, de sí o no, sino que tiene muchos matices que solo tú sabrás si merecen la pena o no.

Las ventajas

La principal es que generalmente nuestro perro nos pedirá dormir con él. Vendrá, intentará subir o directamente lo hará y, si no le dejas, posiblemente lo volverá a intentar. Te quiere y anhela estar contigo, se siente más protegido a tu lado y aparte demostrará el cariño que te tiene y reforzará el vínculo entre ambos.

Además, está demostrado que estar con sus dueños hace que liberen oxitocina o dopamina, que son dos hormonas vinculadas a la felicidad y al bienestar. Los perros lo pasan mal cuando nos vamos y se alegran cuando volvemos, pues esto es similar.

Pero el tema del vínculo no solo es por su parte, también por la tuya, por lo que si le dejas estar contigo también ese lazo de unión se reforzará. También puede ser muy bueno para los niños, para que aprendan pronto a compartir y a cuidar a una mascota, y también para personas que estén en procesos depresivos.

Dormir con tu perro en la cama tiene ventajas y desventajas.

Las desventajas

Una de las más importantes es que hay personas que consideran que no es higiénico por la suelta de pelo, porque el perro un día puede tener las tripas mal, el celo si es hembra...

Pero lo principal es que, al ser un ser vivo, se mueve, puede ladrar ante cualquier amenaza por su instinto, se mueven e incluso roncan, lo que al final hace que te despiertes mucho más a menudo, lo que impide que tengas un sueño profundo y de calidad. El cerebro descansa peor y se nota al día siguiente. Y eso por no hablar de que si no te gusta madrugar estás fastidiado, porque al punto de la mañana suelen despertarse y hacer lo propio contigo.

Y sí o sí que deberías desterrar esta idea es si tienes asma o enfermedades respiratorias, porque no será bueno dormir con tu perro. Es decir, que al final la decisión será tuya en función de lo que pese más en tu balanza personal.