Will Smith es uno de los rostros más queridos de Hollywood por su alegría y gran carisma, sobre todo desde aquella mítica explosión como actor en 'El príncipe de Bel-Air'. Ahora bien, aunque ahora el actor está viviendo una gran etapa, no todo ha sido de color de rosa para el de Filadelfia.

En una biografía publicada en Estados Unidos y que se puede adquirir en España pero sin traducir (por el momento), Smith se abre y cuenta sus intimidades y sentimientos, pero uno de los aspectos que más ha sorprendido son sus confesiones sexuales en su juventud.

Todo comenzó cuando al volver de una gira, el actor se enteró de que su primera pareja le había sido infiel. Desde entonces, todo fueron problemas que afectaron a su vida sexual.

Desenfreno

"Necesitaba un alivio, pero no hay píldora para el desamor y he recurrido a remedios homeopáticos y a relaciones sexuales desenfrenadas", relata el popular actor, que explica que mantuvo relaciones sexuales con muchísimas mujeres, pero que eso no fue un buen remedio para cicatrizar el corazón después de la traición de su expareja.

"Tuve sexo con tantas mujeres y fue tan desagradable para de mi ser, que desarrollé una reacción psicosomática a tener un orgasmo. Podía literalmente tener arcadas y a veces incluso vomitaba", comenta. Will incluso pensó en diversas ocasiones en tener su propio harén de mujeres, entre las que quería tener a la guapísima Halle Berry (Catwoman). 

Pero todo cambió para él cuando conoció a su esposa, Jada Smith, con la que se casó en 1997. Aunque, eso sí, el inicio de su relación siguió la misma línea, porque era sexo, sexo y más sexo. "Llegué a pensar que era una competición", confiesa.

Ahora bien, después de sesiones de sexo tántrico y de ayahuasca en Perú logró liberarse y estabilizar su vida. "Limpié mi mente, me permití saber que está bien ser como soy y ser quien soy. No me hace una mala persona estar casado y pensar que Halle Berry es bonita", concluye.