Cuando hay manchas en la ropa el cabreo suele ser mayúsculo porque, según de qué sean, son muy difíciles de sacar. Por ejemplo, muchas veces las de vino y chocolate son complicadísimas de sacar y de eliminar por completo, por lo que debemos recurrir a otros métodos para lograr que desaparezcan de la ropa, manteles, trapos o lo que sea.

Lo mismo sucede con las molestas manchas amarillentas de las axilas que se producen por la acción de los desodorantes. Además es que es imprescindible usar ese producto para evitar malos olores, por lo que es necesario saber cómo retirarlas de forma fácil y efectiva para evitar esa molestia, que incluso puede desembocar en que se acartone la zona de las axilas, lo cual puede ser síntoma de esa camiseta debe pasar a mejor vida o convertirse en trapos para la limpieza.

Para ponerle remedio no hay nada como usar uno de los clásicos productos para la limpieza, que es muy eficaz para muchas cosas, pero también para las manchas más difíciles de eliminar. Verás que su efectividad es altísima y que las camisetas quedarán libres de cualquier marca del desodorante.

Mezcla sencilla

El bicarbonato de sodio siempre hay que tenerlo en casa porque sirve tanto para un roto como para un descosido. Y en este caso, es el ingrediente estrella que va a conseguir que tu ropa vuelva a lucir como debe ser.

Su acción consigue ablandar la suciedad y, por tanto, que las manchas salgan muchísimo mejor. Para ello, junta en un poco de agua (un cuarto de vaso o taza más o menos) cuatro cucharadas de bicarbonato y remueve hasta que se forme una pasta densa.

Después, échasela a las zonas que quieras limpiar, en este caso las manchas de las axilas y frota con un cepillo normal o incluso de dientes viejo y que no vayas a usar (por motivos obvios).

Deja que el bicarbonato trabaje, actúe y vaya ablandando la suciedad durante una hora y después métela en la lavadora con la temperatura más alta que te permita la prenda. Para ello, mira las etiquetas interiores, que te darán la información del tipo "no lavar a más de 30ºC", por ejemplo. Cuanto más caliente esté el agua, sin pasarse de la recomendación, mucho mejor.

Con limón

Pero ya si quieres que se blanquee, el limón es tu aliado. Para ello es el mismo proceso exacto, solo que la cantidad de agua que se ha empleado en la anterior mezcla sustitúyela por el zumo de limón natural y exprimido.