Quizá la hayas probado en España porque es un postre espectacular, pero sobre todo si alguna vez te dejas caer por Viena para hacer turismo no te marches sin haber probado la tarta Sacher, que debe su nombre a Frank Sacher, el repostero que la preparó por primera vez hace unos 300 años.

De hecho, si el presupuesto te lo permite y no viajas muy low cost (avisamos, es bastante caro), lo ideal es pasar por el hotel Sacher, que está justo al lado de la famosísima ópera, y en sus increíbles instalaciones, pues es un hotel de 5 estrellas, probar el postre más típico de la ciudad.

Y si quieres prepararla en casa ten en cuenta dos cosas. Una es que te va a llevar un buen rato, no como por ejemplo el bizcocho de yogur al microondas, pero que no es difícil de preparar. Y la otra, que vas a triunfar segurísimo porque es una delicia.

Ingredientes

  • 6 huevos
  • 180 gramos de harina
  • 500 gramos de chocolate de tipo fondant
  • 175 gramos de azúcar
  • Un bote de mermelada de albaricoque (puedes usar cualquier otra, las de frutos rojos van también ideales, pero la clásica es esta)
  • 275 gramos de mantequilla sin sal

La receta

Lo primero que has de tener en cuenta es que lleva bizcocho en su interior y que también va cubierta con chocolate. Mezcla en el bol todo el azúcar con 175 gramos de mantequilla. Si está a temperatura ambiente, mejor, si no métela unos segundos al microondas. Después, poco a poco o de una en una, agrega las yemas de los huevos y, sobre todo, guarda aparte las claras, no las tires porque que se van a usar a continuación. Mezcla y reserva.

Mientras tanto, al baño maría, funde parte del chocolate, unos 200 gramos. Lento y sin prisa para que no se queme, porque arruinaría toda la tarta. Monta las claras con unas varillas eléctricas o manuales con un pelín de sal (porque ayuda al proceso). Cuando el chocolate esté fundido, échaselo al bol de mantequilla, azúcar y yemas de huevo y remueve. Agrega la harina tamizada y las claras montadas y envuelve la masa.

Es hora de hornear, así que mete todo en un molde forrado con un poco de mantequilla y para adentro a 180º por 40 minutos. Si le hiciera falta un poco más, déjalo unos minutos extras. Cuando esté y se haya enfriado un poco, pártelo por la mitad horizontalmente, porque ahí y encima irá la mermelada. De hecho, ese es el siguiente paso, extender la mermelada, una capa fina, no debe ser muy protagonista.

El bizcocho ya está, así que queda darle esa forma tan característica con más chocolate negro. Funde el resto que quedaba (unos 300 gramos) y lo que quedaba de mantequilla (unos 100 gramos). Cuando esté derretido y mezclado solo queda bañar el bizcocho entero y teniendo cuidado de poner la cocina perdida. Déjala enfriar en la nevera, retira los excesos que hayan podido caer para que quede perfecta y estética y, si quieres, decora la parte de arriba con monedas de chocolate, un mensaje escrito en una manga pastelera, una flor o lo que más te guste.