Tres de cada cuatro hogares españoles tiraron comida y bebida a la basura en 2020. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se tiraron 31 entre kilos y litros por persona. En total, acabaron en el cubo de la basura 1.364 millones de kilos/litros de alimentos. La tasa de desperdicio se situó en 2020 en el 4,3 %, cifra ligeramente inferior al 4,7 % registrado en 2019.

La Navidad es un momento del año en que el consumo se dispara por la celebración de comidas familiares, y en que el peligro de acabar desperdiciando comida, por lo tanto, también se multiplica. Tener presentes algunos consejos puede ayudar a aprovechar los restos, a ahorrar en la compra y, además, a tener mayor conciencia social y compromiso.

Siempre se ha dicho que es mejor que sobre que no que falte, pero sí que hay consejos y trucos que se pueden seguir para que no acaben en la basura alimentos ni bebidas y que son variopintos.

Haz una lista de la compra

Hay que pensar en los menús que se van a preparar y así la compra se adaptará a los productos necesarios, y se evitará comprar alimentos que luego no se usarán y que es más fácil que queden en algún rincón y acaben desperdiciándose. Esto es especialmente importante para los productos frescos, que tienen una vida útil más corta.

Conservar y almacenar correctamente

Hay que leer las etiquetas, comprobar las fechas de caducidad y seguir las recomendaciones de conservación (en la nevera, congelador o armarios, según el tipo de producto). Así se evitará que se echen a perder.

Ajustar las raciones

Hay que revisar la despensa antes de comprar y planificar para reducir la compra por impulso. Es importante planificar el menú considerando también el número de comensales. A menudo se tiende a cocinar en exceso y a servir demasiada cantidad en el plato, lo que lleva o bien a dejar comida en el plato —y, por lo tanto, a desperdiciarla— o bien a comer más de lo que apetece y en consecuencia ingerir más energía y ganar peso si sucede de forma habitual. Así pues, hay que pensar antes de llenar el plato (calcular lo que se comerá) sin pasarse.

Congelar

Si sobra comida, se puede congelar sin ningún problema. Puede ser muy oportuno congelar en recipientes que contengan las raciones que después se consumirán y no se pierden propiedades nutricionales.

Recetas de aprovechamiento

Unas croquetas con el pollo asado que ha quedado, un puré con las verduras que se habían preparado como guarnición y han sobrado, son opciones muy sencillas.