Navidad es sinónimo de turrones, de dulces como mazapanes o polvorones, de cava y de champán, de uvas, alegría y familia. Pero al final todavía queda un gran momento de jolgorio, el último de estas fechas tan especiales, que es el día de Reyes.

Es muy bonito, especialmente para los más pequeños de la casa, que están contentos por los regalos que les han traído de sus majestades desde Oriente. Ahora bien, si a algo está también asociado este día es al tradicional roscón de Reyes, uno de los postres más típicos, dulces y apreciados.

Lo más común es encargarlo o comprarlo directamente en una pastelería, pero también puedes realizarlo tú mismo de manera fácil y ahorrando tiempo, sin masa madre. Quedará muy esponjoso y el resultado será espectacular.

Ingredientes

  • 350 gramos de harina de fuerza
  • 1 huevo
  • Medio vaso de leche entera
  • 75 gramos de mantequilla
  • 75 gramos de azúcar
  • Sal
  • 25 gramos de levadura fresca
  • Nata montada
  • Para decorar: fruta escarchada, guindas en almíbar, virutas de chocolate, frutos secos...

La receta

Lo primero que hay que hacer es calentar la leche un poco al microondas hasta que esté templada (si estaba a temperatura ambiente no hace falta) y disolver ahí la levadura. Cuando esté disuelta, incorpora una cucharada sopera de harina de fuerza, integra, tapa el recipiente y déjalo un cuarto de hora que repose.

Es hora de empezar con la masa. Mezcla en un recipiente hondo el resto de la harina (guarda un poco para que no se pegue la masa a la mesa) con el azúcar, el huevo, la sal, la mantequilla a temperatura ambiente (si no, unos segundos al microondas) y una cucharada grande de agua. Mezcla y amasa todo.

Después, incorpora poco a poco, en varias tandas, la mezcla de la levadura. Cuando ya esté homogéneo todo, espera unos 45 minutos a que la masa suba por efecto de la levadura. Te advertimos, si se te pega a las manos vas por el buen camino, así que no te preocupes.

Cuando ya haya doblado su volumen, vuelve a amasar hasta que coja algo más de cuerpo. Ya solo queda darle forma. La mejor manera es usar un molde que ya tenga el clásico agujero en el medio, pero si no puedes emplear una taza o vaso o cualquier otro utensilio. Eso sí, acuérdate de frotar las paredes interiores con mantequilla para que no se pegue.

Antes de hornear hay que dejarlo reposar media hora más, pero a temperatura baja. Lo mejor es poner el horno a 180º y cuando esté caliente apagarlo y meter el roscón. Cuando haya pasado el tiempo, agrega la decoración y ponlo otra media hora, esta vez a 170º.

Para finalizar, déjalo enfriar un rato y con mucho cuidado abre con un cuchillo por el centro, pon la nata montada, termina de decorar si así lo deseas (si pones chocolate en el horno, por ejemplo, se habrá derretido) y listo.