Los perros son animales que generan un gran sentimiento de apego hacia su familia. Pero al contrario que los humanos, que tenemos boca y capacidad de comunicación verbal, los perros no tienen una forma igual de decirnos que nos quiere y que nos ama.

Sin embargo, eso no quiere decir que no nos muestre con sus actos, con sus gestos y con su expresión que nos quiere y todo el afecto que nos tiene. Por eso es fundamental conocer y comprender el lenguaje canino, para detectar las señales que indican que están muy a gusto con nosotros y que somos su familia.

Muchas son las señales que nos lo indican. Algunas son muy evidentes, pero otras no tanto, así que te las contamos para que sepas que tu perro te quiere y que quiere estar contigo y hacerte feliz.

Cómo lo muestra

Los perros tienen muchas maneras, pero una de las más claras es alegrarse cuando te ve, sobre todo cuando ya estaba con gente. Suelen mover la cola, levantarse y apoyarse en tus piernas o pecho (dependiendo del tamaño) e incluso se ponen a correr. Es un símbolo de alegría.

También son capaces de detectar los estados de ánimo. Igual que un familiar o un amigo viene a consolarnos y a estar con nosotros cuando estamos mal, un perro es capaz de saberlo y venir a darnos mimos, lametones o caricias. Son más inteligentes de lo que podamos pensar a veces.

Que se deje abrazar es uno de los mayores símbolos de amor. Freepik

Por otra parte, también te buscará para jugar, te llenará de besos y, lo que es más complicado, dejará que le abraces o te buscará para que lo hagas. Ese es uno de los mayores símbolos de amor, porque los perros odian sentirse arrinconados o sin movilidad y si se dejan es que confían plenamente en ti.

Luego también hay signos más físicos, como que mueva la cola insistentemente o mismamente la mirada. Se le nota cuando está triste, asustado y también feliz.

Por último, también tienen un gran instinto de protección con los suyos, por lo que si lo hace te demostrará su cariño. Ahora bien, también hay otros como por ejemplo que si se asusta acuda a ti, que te obedezca o que se tumbe con la tripa hacia arriba para que lo acaricies.