Los pájaros son de esos animales que más gustan a las personas y que, además, mayores satisfacciones dan. Un perro, entre comillas, es fácil de adiestrar y son muy sociables por naturaleza, pero con un ave o te ganas su confianza poco a poco y sin errores o va a ser muy difícil que pueda estar contigo cómodamente.

Los periquitos, los agapornis, los canarios y las ninfas componen un póker de aves muy populares en España y hoy nos centraremos en las ninfas, que son unos pájaros muy graciosos, juguetones, cantarines, tranquilos y que tienen un gran apego hacia su familia.

Lo primero que destaca, físicamente hablando, es su gran cresta, su rasgo más característico, aunque también la mayoría de especies de ninfa (que no todas) tienen unos característicos redondos muy coloridos en lo que serían los pómulos, junto al pico y los ojos.

Son cacatúas, pero no del tamaño de sus "hermanas mayores", ya que llegan solo a los 35 centímetros y en gran parte por su larga cola. Tienen además una esperanza de vida de unos 10 años.

Sus cuidados

Lo primero que debes tener en cuenta es que son aves acostumbradas a vivir en bandadas, por lo que no les gusta estar solas. Es decir, lo ideal sería tener una pareja de ninfas, pero si está sola buscará el cariño en su cuidador. Además, suele generar mucho apego hacia dicha persona y, aunque es sociable, se mostrará algo reacia a otras personas. Eso también genera algún que otro problema, porque reclamará tu atención gritando, aunque solo buscará compañía y cariño.

En cuanto a la comida, en Australia (que es de donde proceden), se alimentan principalmente de semillas, por lo que se suelen vender varios mix con varias. Ahora bien, sus preferidas son las de mijo, que les encantan. Ahora bien, se debe complementar también con algunas frutas y verduras su dieta para que sea bien completa. Eso sí, revisa bien su comedero ya que pelan las semillas, así que siempre parecerá lleno.

Por otra parte, es un ave muy cantarina y les encanta también volar. Viene en su naturaleza, porque vuelan mucho en busca de comida, por lo que es necesario soltarlas al menos un rato al día para que desplieguen sus majestuosas y grandes alas. Además, las ninfas macho pueden aprender a "hablar" imitando palabras y sonidos, como melodías o el canto de otras aves.