Los huevos revueltos son unos alimentos imprescindibles en cualquier dieta. Tienen muchas bondades, como su cantidad de calorías y, sobre todo, el aporte de proteína. Por eso son tan consumidos entre aquellas personas que quieren ganar masa muscular.

En cuanto a las propiedades del huevo, son muchas y muy variadas, por eso se le puede catalogar como superalimento. Además del gran aporte de proteínas, que además son de alta calidad, también es una gran fuente de vitaminas y minerales, contiene colina (que ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso) y no tiene conservantes. Y su aporte calórico es más que aceptable, ya que 100 gramos tiene alrededor de 150 calorías.

En un principio la preparación no puede ser más sencilla: se baten los huevos, se echan en la sartén con un poco de aceite, se remueve y listo. Ahora bien, como todo en la cocina, puede estar bueno, buenísimo o llevarlo al siguiente nivel. Y si quieres que no te queden unos huevos revueltos demasiado secos, pasados y sí disfrutar de su cremosidad, apunta bien cómo se deben hacer.

La técnica correcta

Lo principal, y no solo para los huevos, sino que para todo en la cocina, es elegir ingredientes de calidad, porque van a marcar la diferencia. Sobre todo, si está la cáscara dañada hay que tirarlo inmediatamente porque puede contener bacterias dañinas. Pero aparte, cuanta mayor calidad, mejor saldrá.

En cuanto a la preparación, es mejor utilizar mantequilla para la base, pero con una cucharada de postre bastará. Aporta más sabor, pero también puedes poner unas gotas de aceite de oliva virgen extra.

Y sobre todo, dos aspectos que van a ser clave y que van a lograr marcar la diferencia. El primero es que la sartén debe estar a fuego medio-bajo, a un 3 o 4 de una vitrocerámica, porque se tienen que cuajar muy lentamente y poco a poco. Si no, se quedarán demasiado secos y la cremosidad no existirá ya que se habrá esfumado en segundos.

Y lo segundo es que no hay que echar los huevos previamente batidos, sino que hay que hacerlo en la propia sartén y no parar de remover. Una vez estén a tu gusto, que será en poco tiempo, un minuto o dos, sácalos y listo.