En España se calcula que hay casi 7 millones de perros y en nuestro país alrededor de uno de cada cuatro hogares tiene, al menos, un can. Son datos muy reveladores sobre la popularidad de la mascota rey en España.

Cuidar a los perros es uno de los aspectos más importantes, si no el que más. Debemos corresponderle con cariño, afecto, paseos, un buen estilo de vida, cuidados médicos e higiene durante todos los días y además también hay que cuidar mucho su alimentación para que tengan una salud de hierro, buenos nutrientes y que tampoco tengan sobrepeso.

En este aspecto, ha surgido en los últimos años una tendencia que ha dividido a veterinarios y dueños de perros y es la dieta conocida como BARF, nombre que proviene de sus siglas en inglés: Biologically Appropriate Raw Food, que traducido al español significa carne cruda biológicamente adecuada.

Vuelta al origen

El caso es que los defensores de este tipo de alimentación quieren que los perros coman los mismos alimentos que consumirían si vivieran en libertad, pero con el condicionante de que están en casa y de que ya no son animales salvajes.

Fue diseñada por Ian Billinghurst, un veterinario australiano, y tiene como pilares fundamentales la proteína animal y un poco de frutas y verduras. Es decir, lo que se propone es que, a pesar de ser animales criados generalmente en cautividad, retornen a los orígenes y a la forma de alimentarse de sus antepasados, más natural que los piensos (que algunos no se comen bien).

¿Qué división tiene?

No tiene conservantes ni cereales, por lo que es más natural. Y en cuanto a la distribución de la dieta (todo ello crudo, sin cocinado alguno), es la siguiente:

  • 60% de huesos y carne
  • 25% de carne o pescado magro
  • 15% huevos, frutas y verduras.

Supone una vuelta a los antepasados de los perros. Freepik

¿Es segura?

Aquí es donde empieza el asunto espinoso. Billinghurst defiende que sí, porque el tracto de los perros es corto. Es decir, comen y enseguida desechan los posibles patógenos y todo aquello que no necesitan, por lo que no hay riesgo de que contraigan enfermedades o bacterias.

Luego está también el debate de si es peligroso o no darles huesos y más de manera continua. Hay que contar que muchas razas de perro son muy pequeñas y no tienen la misma capacidad de mordida y que cualquier perro, por grande que sea, se puede atragantar. La dieta BARF defiende que no hay que cocinarlos, por lo que el riesgo de astillas baja, y aparte hay que usar de ternera, pollo, conejo o pavo, que al ser masticados crean una pasta que no es peligrosa.

Aparte es clave para esta dieta, ya que es fuente de proteínas, grasas, minerales, antioxidantes y enzimas. Y por supuesto les encantan y se entretienen con ellos.

En cuanto a las frutas y verduras, no deben tener pepitas ni corazón y están totalmente prohibidas las uvas, el ajo, la cebolla y el aguacate, ya que se pueden intoxicar.

Pros y contras

Los principales pros es que esta dieta les gustará mucho, que los dientes estarán más sanos, le olerá mejor el aliento al no haber pienso, habrá menos gases, las heces olerán menos y es menos probable que haya obesidad.

A cambio, está el peligro de los huesos y que los alimentos crudos aumentan el riesgo de sufrir enfermedades o problemas digestivos. Por otra parte, se le achaca que no es plenamente nutritiva.