Nunca pases por debajo de un andamio, no pases tampoco por debajo de una escalera porque te traerá mala suerte, evita el número 13 o el color amarillo que tampoco traen fortuna y, además, ten cuidado como se te cruce un gato negro porque te va a perseguir el infortunio y revertirlo será imposible.

Las supersticiones son muchas y esos son solo algunos de los ejemplos más comunes, lo que no quiere decir que además cada persona no tenga sus propias manías.

¿Pero de dónde viene la creencia de que los gatos negros traen mala suerte? Porque no es algo que tenga pocos años precisamente, de hecho ha ido pasando de generación en generación hasta llegar a nuestros días.

Todo comenzó en la Edad Media

Fíjense si ha llovido desde entonces. En Europa y por supuesto también en España eran perseguidas las brujas y los supuestos demonios, ya que traían desgracias, sequías, fenómenos naturales o enfermedades. En especial, entre los siglos XII y XVI fueron quemadas miles de mujeres inocentes acusadas de brujería.

El problema de los gatos negros es que se les asociaba a estos seres malignos. Por su apariencia eran animales oscuros de personalidad (no solo de pelaje), fríos, calculadores, malvados y que habían sido traídos por Satán. En definitiva y nunca mejor dicho, fueron demonizados. Entonces se consideraba que traían tristeza por su aspecto, melancolía y que hasta eran crueles y arrancaban ojos humanos.

Por eso se organizaron quemas masivas de gatos negros en cajas. En definitiva, intentaron erradicarlos de la faz de la Tierra y que no existiesen más. En Escocia se les asaba vivos, había ferias en Francia en las que había que tirar flechas y darles y en Inglaterra tampoco se quedaban atrás con estas barbaridades.

La respuesta de la naturaleza

La naturaleza, que es muy sabia, según la leyenda contestó a estos hechos con la proliferación de la peste negra, una de las enfermedades más mortíferas de la historia y que asoló Europa. Esa es la parte con más leyenda, pero sí que hubo una consecuencia directa y con una explicación más natural.

Los gatos son los depredadores de las ratas y ratones, por lo que estos roedores proliferaron tanto que no solo acababan con las cosechas, es que además traían enfermedades. Se observó que donde había gatos (incluidos negros), la peste pasó de largo. Así que fueron dándose cuenta de su error paulatinamente.

Sin embargo, pese a ello, se sigue creyendo que los gatos negros traen mala suerte. Una superstición que sigue muy vigente en muchas personas.