A la hora de adelgazar lo más probable es que asumas que el dulce estará bastante prohibido. Al menos, el azúcar, 100%, ya que lo debes erradicar de tu alimentación por completo, aunque siempre puedes probar otros endulzantes más sanos e incluso sin calorías.

Sin embargo, siempre puedes echar mano de algunos trucos que te permitirán tomar alimentos supuestamente prohibidos, tomarte un capricho y quitarte esa necesidad de tomar algo dulce de vez en cuando. Una de las mejores opciones es comer un bizcocho de naranja y avena. El primero es una de las mayores fuentes de vitamina C, pero además tiene propiedades diuréticas y un gran contenido en fibra, por lo que te ayuda con el tránsito y con la buena salud intestinal.

La avena es saciante, sedante, antiinflamatoria y también posee una gran cantidad de fibra, lo que le ha valido el calificativo de superalimento y no es para menos. Por otra parte, también contiene este bizcocho canela, que es un endulzante sin nada de calorías, con un gran poder saborizante, termogénico y que acelera el metabolismo.

Ingredientes

  • 125 gramos de avena
  • 125 gramos de harina integral
  • Dos naranjas
  • Cuatro claras de huevo
  • Un sobre de levadura
  • Canela
  • 100 ml de aceite de girasol
  • 200 gramos de azúcar moreno
  • Un yogur desnatado

La receta

Si quieres que sea mucho más sano puedes probar a sustituir el azúcar por algunas opciones menos calóricas y más sanas. Eso sí, lo que no se puede omitir es el aceite de girasol, aunque si hay escasez por la invasión de Rusia a Ucrania puedes probar otras alternativas también.

Yendo ya a la receta, lo primero pela y corta a trozos una de las dos naranjas y después ponla en un bol junto a las claras de huevo, el aceite, la canela, el zumo de la otra naranja, el azúcar moreno y el yogur desnatado. Bátelo con la ayuda de batidora y cuando esté echa los ingredientes que faltan, es decir, la levadura, la avena y la harina integral.

Ya solo queda hornear a 180 grados durante 40 minutos. Para saber si está listo emplea el clásico truco del palillo. Pincha el postre y, si sale limpio y sin restos líquidos, está listo. Si no, déjalo unos minutos. Cuando haya terminado espera a que se enfríe, sácalo del molde y a disfrutar.