Coger kilos es una tarea relativamente sencilla, salvo que tu ritmo de vida o tu genética esté de tu lado es relativamente fácil dejarse llevar y consumir más alimentos, más azúcar, más dulces, más grasas y, en definitiva, comidas o aperitivos que deberían ser mucho más esporádicos de lo que en realidad son.

Ahora bien, cuando nos damos cuenta de que nos hemos pasado o de que ya es hora de estar mejor con nosotros mismos y bajar esos kilos de más, sean muchos o pocos, nos ponemos a dieta y ahí se cometen errores que son muy comunes y que comete casi todo el mundo. Y eso por no hablar de que cuesta más que subir de peso.

Al final del día debe haber déficit calórico, lo que quiere decir que nuestro cuerpo debe consumir más calorías de las que entran a través de la comida y la bebida. Solo así, con un estilo de vida saludable y ejercicio físico, se conseguirá bajar de peso y cumplir el objetivo de forma paulatina. Poco secreto hay más que ese, aunque todavía hay muchísimas personas que cometen fallos garrafales.

Pesarse cada día

El estrés y la ansiedad generan ganas de comer muy a menudo y, si no vemos resultados muy pronto o no nos convencen corremos el riesgo de pensar que lo que estamos haciendo no sirve para absolutamente nada. Por eso este, más allá de qué comer y qué no, es quizá el fallo más grande.

El peso corporal depende de muchos factores, como de las horas de ir al baño, de la capacidad de retención o eliminación de líquidos o la hora de pesaje. Por eso el valor, de un día para otro, fluctúa mucho. Establece una hora y un día semanal y lo mejor para conseguir resultados fiables es hacerlo por la mañana, recién levantado, en ayunas y sin ropa, antes de la ducha por ejemplo. Así podrás comparar datos y ver que sí, que va la cosa bien.

Dietas milagro

No, no existen. Quizá sí que se consiguen efectos inmediatos o muy rápidos, pero no solo tienen muchas lagunas que pueden ocasionar problemas de salud. Y eso por no hablar del efecto rebote. Los nutricionistas no las recomiendan y la clave no es perder en muy poco tiempo, sino establecer unos hábitos saludables tanto de alimentación como de vida que nos hagan estar sanos e ir perdiendo poco a poco hasta llegar a una estabilización. Por eso, hay que consultar con un profesional siempre.

Cuidar las comidas

Varios factores influyen en este error:

  • Desayunar poco y cenar mucho, cuando debe ser al revés.
  • Hacer las comidas aburridas, cuando se pueden enriquecer con especias, vegetales y probar sabores nuevos e incluso internacionales.
  • No hacer cinco comidas, ya que hay que desayunar, almorzar, comer, merendar y cenar. Siempre respetando cantidades y cuidando qué se come, eso sí.