Un porcentaje cada vez más elevado de la población vive pegado a una pantalla y cada vez se empieza antes. Mientras hace años los más pequeños jugaban con juguetes, balones y se entretenían de otra forma, ahora bien pronto comienzan con los teléfonos móviles y la tónica hace indicar que estarán toda la vida mirando pantallas de televisión, ordenador o móviles.

Muchas personas están más de diez horas del día con pantallas. Por ejemplo, trabajan 7 u 8 horas delante de un ordenador, miran el móvil de forma asidua y cuando llegan a casa ponen el televisor o siguen con el móvil. Al final la vista se acaba desgastando poco a poco, pero también creando problemas a muy corto plazo.

A veces no nos queda más remedio que morir al palo. Si nuestro trabajo obliga a estar delante de un ordenador pues habrá que cumplirlo, pero podemos hacer pequeñas cosas que mejorarán nuestra salud visual y que a la larga agradeceremos.

Consejos sencillos

Mirar demasiado una pantalla puede ocasionar dolor de cabeza, migrañas crónicas, sequedad, irritación, visión borrosa y deterioro de la vista.

Para mitigar esos posibles efectos adversos, pon la pantalla a unos 10 o 20 grados por debajo de la perpendicular de tus ojos. Es decir, si miras al frente, la pantalla debe quedar un poco por debajo. También debes estar situado a, como mínimo, 50 centímetros de la pantalla.

De vez en cuando también retira la vista del ordenador y mira a un punto lejano durante unos segundos e incluso un minuto, lo cual aliviará un poco la vista. Por supuesto, también debes parpadear para mantener la hidratación de los ojos en la medida de lo posible, aunque si tienes problemas también venden lágrimas artificiales sin receta para ayudar a ello.

Por otra parte, el brillo no debe ser demasiado elevado y además, en los teléfonos móviles, está la opción de activar la opción del filtro de luz azul y también poner el modo oscuro en según qué aplicaciones, que es menos invasivo con los ojos.

Pero uno de los mejores consejos que os podemos dar es que de vez en cuando tengáis un día sin pantallas o reducirlas solo a la mínima expresión y que paséis más tiempo en la naturaleza para desconectar.