A todos nos ha pasado alguna vez que nos hemos despistado y la comida se ha quemado. Bien puede ser algo sólido o un elemento líquido. El caso es que se queda pegado al fondo de las sartenes y de las ollas y, aunque nos esforcemos mucho es posible que no acaben saliendo.
Y eso se convierte en un engorro en muchos aspectos. Lo primero porque casi con toda seguridad las comidas no saldrán igual de buenas, ni por sabor ni por textura, por lo quemado. Y lo segundo, porque la hora de limpiar se puede convertir en un suplicio. La comida a veces se puede salvar, pero otras muchas no, lo cual puede dar al traste con una preparación especial.
Para evitar que la comida quemada se pegue a las ollas y sartenes, hay un ingenioso truco que poca gente utiliza. De hecho, lo habitual es tratar de arreglar el problema después de que surja, pero con este método lo que harás será prevenir. Es decir, en lugar de tratar de limpiarla con el infalible método de toda la vida de dejarlo a remojo y que se vaya ablandando, en este caso se aplica antes de cocinar para evitar desastres futuros.
De acero inoxidable
De primeras es necesario decir que es imprescindible que las ollas y las sartenes sean de acero inoxidable, por lo que generalmente funcionará mejor en el primer caso. Además, las sartenes, que tienen una vida útil determinada, ya suelen ser antiadherentes, lo cual ayuda al proceso, algo que no pasa con las ollas o cazos.
Los pasos son muy sencillos y no te llevarán nada de tiempo. Antes de cocinar, pon la olla al fuego y cuando esté un poco caliente echa un poco de aceite de coco y distribuye. Cuando lo hayas hecho, vierte un poco de sal fina y retira los excesos con un papel de cocina. Esto hará que se forme una pequeña capa protectora que impedirá que la comida quemada se pegue al fondo. Después de este método, simplemente cocina y limpia después con total normalidad.
Ahora bien, hay que saber que solo te durará un cocinado, es decir, que cada vez que sepas que vas a preparar algo que se pueda quemar o pegar debes repetirlo.
