El mundo tiene muchas sorpresas y a nivel gastronómico cada vez nos llegan más hasta nuestras fronteras. Y este superalimento es uno de esos ejemplos, ya que en realidad es muy tradicional en su zona, pero hasta poco era muy desconocido aquí. Sin embargo, por méritos propios se ha ganado un hueco en cada vez más hogares y no es para menos.

En realidad es uno de los alimentos más preciados por los incas. Está cultivado a una grandísima altitud, a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, donde el oxígeno es menor, por lo que cuesta más realizar tareas físicas y hasta rutinarias. Por eso esta raíz llamada maca es tan apreciada en la zona andina de Sudamérica, concretamente en Perú y Bolivia.

Un as en nutrientes

La maca es una raíz que se cultiva a gran altura y que se suele tomar de tres maneras. Una, que es la más tradicional y la que menos ha llegado hasta España, es hacerlo cocida. La más habitual y como más la encontrarás es en polvo, después de haber sido secada al sol. Y la última, es hacerlo en cápsulas a modo de complemento o suplemento.

Tiene más de 60 nutrientes vegetales y es una gran fuente de minerales, entre los que destacan algunos tan esenciales e importantes como el calcio, hierro, zinc, potasio, yodo, fósforo o magnesio.

Vigorizante

Pero por lo que se le conoce principalmente es porque se trata de un energizante natural y que se aleja del estado de nerviosismo que provoca la cafeína o la teína.

Primero se observó un aumento de la capacidad reproductiva y apetito sexual en animales que tradicionalmente la consumían y es algo que también se ha testado en la población general, ya que aumenta no solo el deseo sexual, sino también la fertilidad y la creación de esperma. Y también previene la caída del cabello.

La maca, en su estado natural. Andina

Pero para las mujeres tampoco se queda atrás, ya que ayuda a regular los ciclos menstruales, a reducir los dolores premenstruales y también es un gran apoyo para mujeres con menopausia. Por otra parte, protege y fortalece el sistema inmunológico.

¿Cómo se toma?

Lo más común como ya te hemos contado es tomarla en polvo, pero hay que tener ciertas precauciones y seguir algunos consejos. Al ser energética es mejor tomarla por la mañana, diluida en líquido (zumo, leche, bebida vegetal...), aunque también se puede incluir en otro tipo de alimentos, como bollos sin azúcar, por ejemplo.

Y la cantidad recomendada es una cucharada sopera, que equivale a unos 10 gramos. Y una precaución fundamental es que cada tres meses hay que hacer uno de parón para que el cuerpo se recupere y se estabilice de nuevo.