La sal es imprescindible en nuestro día a día y el principal elemento para dar sabor a las comidas. Sin embargo, no es menos cierto que todos nos solemos exceder en las cantidades recomendadas, tanto que solemos tomar, de media, el doble de lo que nos corresponde.

Un consumo excesivo de sal tiene consecuencias directas para la salud que son negativas, algunas más importantes que otras, pero a la larga sus efectos pueden ser muy visibles y pueden ocasionar, incluso, la muerte. Por eso, hay que tomarse el tema de la sal muy en cuenta.

Los principales efectos son la retención de líquidos, que propicia que nos hinchemos y además que se dificulte la pérdida o mantenimiento de peso, y también el favorecimiento de la hipertensión arterial, que está directamente relacionada con los infartos. Por eso, mucho cuidado.

En definitiva, que hay que reducir el consumo de sal, pero se puede antojar algo complicado ya que al fin y al cabo es el principal medio que tenemos para dar sabor a las comidas. Sin embargo, no es el único y aparte ten presente algo y es que el gusto se entrena.

Los consejos básicos

Hay varias maneras de reducir los niveles de sal que consumimos día a día y de que el sodio no sea muy elevado. El primer consejo, que es muy básico pero a la vez imprescindible en cualquier dieta sana que se precie es consumir más verduras y hortalizas, vegetales en general, ya que su contenido es mínimo o nulo.

E igual que pasa con el azúcar, hay muchas especias que consiguen dar sabor, lo mismo sucede con la sal. La pimienta, sea negra, blanca, roja o verde, quizá sea lo que más se acerque, pero también las hierbas aromáticas le dan un toque muy especial a las preparaciones.

Luego hay que tener cuidado con la sal que no vemos. No basta con echar menos en la carne o un guiso, sino saber dónde está. En ese apartado, mirar la etiqueta de los productos es fundamental. De hecho, los procesados, para una mejor conservación, tienen muchísima sal.

Cocinar al vapor también te ayudará a concentrar los sabores sin necesidad de tanta sal y, por último, prueba la sal marina (es más potente, así que se usa menos) o la que es baja en sodio.