La teoría es sencilla, ahora bien, lo de ponerlo en práctica ya es más complicado. Del déficit calórico ya te hemos hablado en más de una ocasión y poco secreto tiene. "Simplemente", entre comillas, hay que ingerir menos calorías de las que se gastan en el día a día. De este modo el cuerpo echará mano de las grasas para coger energía, que se irán quemando y, por tanto, paulatinamente se irá perdiendo peso.

Para ello, como también ya te hemos contado, no basta simplemente con comer menos. Hay que hacerlo de una manera sana, equilibrada y con todos los grupos presentes. Huye de las dietas milagro, que no son todo lo sanas que venden y que, además, cuentan con un efecto rebote tremendo. Come bien y, sobre todo, compleméntalo con ejercicio físico en la medida de tus posibilidades.

Es decir, si ya tienes una edad y quieres quitarte kilos no te pongas a correr una hora, porque además de que no podrás te desanimarás y el plan se puede ir a traste. Siempre hay formas más suaves y más intensas de hacer ejercicio, así que escoge lo que mejor te convenga y algo que aguantes, aunque sea simplemente caminar.

El cálculo

De primeras es necesario advertir que cada persona es un mundo. Es decir, aunque esta regla para calcular las calorías es universal, luego dependerá de cada individuo, ya que el sexo, edad, metabolismo, altura, nivel de sedentarismo o de estrés o la composición corporal también influirán y mucho.

Y para calcular el rango de calorías para estar sano hay que hacer dos simples multiplicaciones y ya está. Primero, ve a la báscula y pésate y, acto seguido, multiplica tu peso por 26 primero y por 28 después.

Así, por ejemplo, si tu peso es de 100 kilos, tu rango de calorías diarios estará entre 2.600 y 2.800. A partir de ahí, a través de las etiquetas de los alimentos y del ejercicio físico diario puedes calcular las calorías que debes consumir como máximo en un día para que haya déficit calórico.

Pero ojo, no solo sirve para adelgazar. Por ejemplo, hay personas que quieren ganar masa muscular y para ello necesitan todo lo contrario, es decir, que haya superávit calórico para que esas calorías extras se conviertan en músculo.