Los fritos no son amigos de la pérdida de peso, pero hay muchísimas preparaciones que son riquísimas y que requieren de una gran cantidad de aceite. Ahora bien, también es innegable que no es lo más limpio para nuestra cocina y que, de hecho, puede ser un engorro considerable.

De primeras hay que pensar que todo, absolutamente todo lo que hagamos, es susceptible de saltar fuera de la sartén o de aquello que estemos empleando para cocinar. No es lo mismo unas patatas fritas que un alimento con mucha agua, como por ejemplo puede ser un huevo. También aquellos alimentos grasientos, como el bacon, saltarán mucho.

Pero no solo el problema es la grasa del aceite que salta y que impregna la campana extractora de humos o la vitrocerámica, por ejemplo, es que además suele generar un olor muy fuerte. Y ya si se cocina pescado, muchísimo más. La grasa, si se sabe cómo, no es demasiado difícil de quitar, pero los malos olores, si se quedan pegados a las superficies y los tejidos sí que puede ser un verdadero problema.

Los trucos infalibles

Pero no te apures, que con una técnica sencilla y una rutina muy fácil de aplicar se conseguirán mitigar ese efecto hasta que sea prácticamente cero.

Lo primero, unas consideraciones previas. Cuando vayas a hacer fritos o cualquier cosa que haga mucho humo y que vaya a mover la grasa por toda la casa, lo principal es cerrar la puerta de la cocina y también de las diferentes habitaciones. Podrá pasar por las ranuras de ventilación, pero será una parte minúscula.

Otro consejo es que abras las ventanas para que el aire circule y le cueste mucho más pegarse a muebles o superficies. Y por último, pon la campana extractora, que hace mucho más de lo que piensas.

Ahora bien, el gran consejo es que, junto a la sartén de las frituras, pongas a hervir agua con un poco de vinagre, ya que tiene la capacidad de neutralizar ese vapor la grasa y sobre todo el mal olor. Ahora bien, es entendible que no te guste el olor a vinagre, ya que es fuerte. Por eso mismo el gran truco está en "aromatizar" esa mezcla y no hay nada mejor que los cítricos. Con unas pieles de naranja o de limón, el que más te guste, será más que suficiente.

Aparte, es importantísimo no dejar la limpieza para después. Nos gusta disfrutar de la comida o de la cena recién hecha y es entendible, pero cuanto antes limpies y desinfectes, mejor.