Aunque en un principio la tarea de lavar la ropa u otros textiles es sencilla y no tiene mucha complicación sí que es verdad que hay ciertos hábitos que no son todo lo bueno que deberían y que pueden incluso arruinar y echar a perder la ropa. Son más comunes de lo que imaginas y es necesario ponerles remedio, incluso por la buena salud del propio electrodoméstico, que puede ver mermada su vida útil o acumular suciedad.

Uno de los más recurrentes es llenar hasta los topes la lavadora y otro, todavía más común, es echar más detergente, teniendo así la falsa sensación de que la ropa se limpiará más. Pues no, no es así. Los fabricantes siempre recomiendan una cantidad en función de los kilos de carga de la lavadora y de la dureza del agua.

Usar más detergente del habitual propicia que haya un exceso de espuma, lo cual afecta a las fibras de los tejidos e incluso se puede quedar adherida a la prenda, estropeándola incluso. Pero además también eleva el gasto y el detergente, aunque no es una semanal, sí que es un producto más caro que la media de lo que echamos en la cesta de la compra. Y a lo largo de toda una vida es ahorro es considerable.

Una cuchara

Si bien todos los detergentes traen un tapón dosificador e instrucciones sobre cuánto se debe echar al cajetín de la lavadora, es más fiable y una forma muy eficaz de ahorrar utilizar una cuchara sopera, un utensilio que todos tenemos en casa.

Para una carga ligera, unos 3,5 kilos de ropa (la mitad o un poco menos), será necesaria una cucharada colmada. A partir de ahí, a calcular, porque 5,5 kilos suponen dos cucharadas soperas.

Pero exactamente lo mismo que sucede con las recomendaciones de los fabricantes de detergentes, también es necesario contar con la dureza del agua del lugar en el que estemos. Es decir, si es muy blanda reduce un poco las cantidades antes mencionadas.

De este modo la ropa contará con la cantidad justa de detergente, más que suficiente para lavar, perfumar y eliminar todas las manchas, sin necesidad de estropear la ropa, crear un exceso de espuma y logrando un impacto directo en el bolsillo, porque se ahorrará dinero.