Es cierto que las bayetas son baratas, que son fáciles de encontrar en cualquier supermercados y que no son un gasto ni muy alto ni muy recurrente. Pero eso tampoco quiere decir que haya que estar constantemente renovándolas, de hecho, lo más normal del mundo y lo que se suele hacer es darles una segunda, tercera y cuarta vida quitándoles toda la suciedad incrustada para que podamos seguir usándolas.

Cuántas veces habrás cogido una bayeta, la has escurrido una y otra vez y sigue expulsando un líquido blanquecino, el típico de los productos de limpieza y la suciedad. Y sigue saliendo y no para. Y no hay manera, dándote la sensación de que está verdaderamente sucia y que por más que sigas no conseguirás dejarla como antes.

Entre los métodos escogidos por los españoles para limpiar bayetas, estropajos y trapos, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios, los favoritos son hacerlo con lejía, en el microondas, en el lavavajillas o con jabón de fregar o detergente, es decir, con jabón líquido, y en la lavadora.

Pero estos no son los mejores métodos para conseguir eliminar la suciedad y además desinfectar, ya que, aunque parezca extraño, a veces los remedios caseros de toda la vida son mucho más eficaces que el uso de los electrodomésticos.

Método infalible

Según la OCU, hay que diferenciar entre dos partes. Primero, el propio mantenimiento del día a día para conseguir alargar la vida útil de estos aliados de la limpieza y esto implica que hay que seguir un par de normas muy básicas. La primera es que, después de cada uso, se aclare todo bien y se escurra para quitar la humedad lo máximo posible. Después, extiende para dejarlo secar.

Pero para limpiarla a fondo no hace falta más que un poco de lejía. Nada más. Hazte con un recipiente y echa nueve partes de agua y una de lejía, mezcla, sumerge las bayetas y espera cinco minutos a que la lejía haga su magia. Nada más.

Y para finalizar, dos consejos más que da la OCU. El primero es que no esperes a cambiarlas hasta el último momento, porque si están estropeadas no limpian igual.

Y lo segundo, que cada bayeta se destine para una cosa y se guarden en distintos lugares, porque así las bacterias y patógenos no se van de un lado a otro de la casa.