El lavavajillas se ha convertido en uno de los electrodomésticos imprescindibles para el día a día. Hemos pasado de limpiar platos, vasos o cubiertos a mano, perdiendo un valioso tiempo, a que lo haga una máquina que nos hace la vida mucho más fácil. No llega a ser la revolución de la lavadora, pero cuando son muchas personas en casa o hay invitados, la diferencia sí que se nota.

Sin embargo, hay que tener en cuenta varios aspectos con respecto a este electrodoméstico. El primero de todos es su consumo energético, que como ya te contamos es considerable. Por eso, casi todos tienen un programa especial que es el más eficiente para dejar todo impecable sin que el gasto energético sea una barbaridad.

Por otro lado, hay que llevar cada cierto tiempo un mantenimiento para que los malos olores no lo inunden, ya que es muy desagradable. Y también es necesario tener en cuenta que no todo se puede meter dentro del lavavajillas.

Ollas y sartenes, prohibidas

A todos nos ha pasado que tenemos prisa, que nos hemos tenido que marchar rápido o que ha surgido un imprevisto y quizá hemos dejado las sartenes o las ollas sin fregar y para luego. O eso o simplemente la pereza nos ha invadido. Es lo más normal del mundo.

Entonces la primera solución que se nos pasa por la cabeza es hacerles un hueco y meterlo al lavavajillas para que el electrodoméstico nos haga todo el trabajo y así nos olvidamos.

Sin embargo, no es una buena decisión y hay dos motivos de peso que están directamente relacionados. El primero de ellos es que los chorros de agua caliente del lavavajillas y su intensidad aceleran mucho su desgaste, especialmente en aquellas que son de hierro fundido. Destacan por su antiadherencia y durabilidad, aunque si las metes sistemáticamente al lavavajillas se deteriorarán pronto.

En el caso de las sartenes además, las de hierro fundido especialmente, la capa antiadherente que se forma se pierde enseguida en el lavavajillas. Y si no son de hierro fundido y son de teflón, más de lo mismo. Es un polímero que se daña con el agua muy caliente.

Entonces, aparte de que tendrás que renovar las sartenes y ollas cada menos tiempo, también tendrás problemas para ahorrar. Pondrás más veces el lavavajillas porque al final ocupan un gran espacio y gastarás más dinero comprando sustitutos.