La bechamel es una de las salsas estrella de la cocina y es muy empleada en España porque es muy fácil de hacer (aunque hay personas a las que le des da respeto sobre todo por los grumos), pero sobre todo por su sabor y versatilidad.

Es el ingrediente principal de las croquetas, uno de los tesoros de nuestra gastronomía, se puede puede emplear en platos de pasta, en verduras, en canelones y lasañas, como acompañante de pescados... La variedad es gigante, de ahí que sea tan popular.

Sin embargo, es verdad que es una salsa que puede llegar a ser muy pesada tanto para nuestra digestión como en el apartado calórico. Lo primero por usar aceite o mantequilla y segundo por la harina. Pero hay una manera de preparar una bechamel más light y con menos calorías sin que el sabor ni la textura se vean modificados. Y eso sin grasa y sin harina.

Ingredientes

  • 800 ml de leche
  • Seis cucharadas de maicena
  • Sal y pimienta

La receta

Es facilísima de preparar, pero no es como la bechamel tradicional, en el sentido de que no vamos a ir removiendo y agregando la leche poco a poco. En esta preparación se emplea maicena, que como la harina es un agente espesante. Así se conseguirá esa textura tan característica de esta salsa.

De primeras divide la leche en dos. La primera parte, a una olla a fuego medio y la segunda, a un bol. A la leche que esté en el bol échale seis cucharadas soperas de maicena y remueve hasta que no queden grumos y esté totalmente integrada.

Ya solo quedará juntar ambas leches en la olla, subir el fuego, que hierva y cuando esté a nuestro gusto en cuanto a espesura y textura, rectificar de sal y de pimienta (la nuez moscada le vendrá de lujo) y ya está. Solo hay que tener una precaución y es que, para que no se le forme una capa dura, mientras enfríe hay que ponerle papel film, pero pegado a la salsa.