Saltaron todas las alarmas durante unas horas ya que se llegó a afirmar que el Ministerio de Sanidad iba a prohibir ofrecer vino y cerveza en los tan populares menús del día de España, una forma de comer que siguen miles de trabajadores y de personas cada día. Respondía a la nueva Estrategia en Salud Cardiovascular del sistema sanitario español.

Sin embargo, se trató de una falsa alarma que fue desmentida por el propio Ministerio de Sanidad en un comunicado. Sí que recomienda eliminarlos, pero no pasa de ahí. Es decir, no llega a ser una prohibición.

El vino y la cerveza son, sin duda, las dos bebidas alcohólicas favoritas de los españoles. Se estima que cada español consume al año 50 litros de cerveza, mientras que de vino la cifra baja a aproximadamente la mitad (24). ¿Pero te has preguntado alguna vez cuál es más saludable, si es que son saludables? ¿Cuál emborracha más?

El asunto de las calorías

Si tu objetivo es perder peso debes saber que el consumo de alcohol está totalmente prohibido porque su alto índice calórico. Y si la operación bikini no va contigo también debes saber que siempre hay que consumir bebidas alcohólicas con moderación y sin excesos.

Sobre las calorías, depende del grado de alcohol y ahí gana el vino. Aunque siempre se ha hablado de la famosa barriguita cervecera, la verdad es que el vino, al tener más graduación, posee más calorías. Una copa de 200 ml de vino aportará alrededor de 140 calorías, mientras que una caña, 80.

También es necesario tener en cuenta la cantidad de carbohidratos. Concretamente, el cereal de la cerveza y la fructosa y glucosa de la uva. Es decir, a igualdad de condiciones, el vino engorda más, pero hay truco, porque se suele consumir más cantidad de cerveza.

¿Cuál emborracha más?

Pues también la respuesta es el vino. Como ya te hemos contado, tiene una mayor graduación, que va desde el 12 hasta los 15 grados, por los 6 de la cerveza. Lo mismo de antes, si tomas la misma cantidad emborrachará más el vino, pero se suele tomar más cerveza.

Ahora bien, en los tiempos sí que hay cambios, porque el vino "sube" antes al llegar a la sangre más pronto que la cerveza, por lo que no conviene beberlo muy rápido para controlar mejor.