Consumir pescado a la plancha es una de las opciones más saludables. Son alimentos muy importantes para nuestra dieta, que aportan variedad, un sabor diferencial y característico y existe una amplia gama de sabores y texturas que son una delicia para nuestro paladar y para el sentido del gusto.

Hacerlo a la plancha es la mejor manera, junto con el horno, de asegurarse de que apenas absorbe aceite y, por tanto, pasa a ser muy sano. Tiene un bajo aporte calórico y los que son algo más grasientos poseen ácidos grasos omega 3 muy beneficiosos para el organismo e indispensables para el bienestar personal.

Ahora bien, seguro que te ha pasado que te has puesto a hacer pescado a la plancha, como por ejemplo sardinas, dorada, lubina, bacalao y otros muchos y se te ha pegado su carne, se te ha deshecho en parte o por completo la pieza o filete o también se pega la piel al fondo y no hay manera de sacarla junto al resto de la pieza. Por eso, te contamos los trucos para evitar que se te pegue este manjar.

La técnica

Lo principal que es necesario tener en cuenta es que hay que trabajar con buena herramienta, que traducido a este caso significa que la plancha debe ser buena, antiadherente y estar en buen estado, sin arañazos ni excesivo desgaste. Una sartén con estas características también cuenta, pero es más complicada porque los bordes altos dificultan la operación de darle la vuelta. Aun así, nada insalvable.

Luego es también muy importante conseguir que al pescado se le forme una costra antes de darle la vuelta y eso se consigue con temperatura muy alta. Así que ten paciencia y deja que se caliente muy bien la plancha. Cuando tenga esa costra, se podrá dar la vuelta sin riesgo alguno.

Pero hay un enemigo a tener en cuenta y es el agua. El pescado tiene mucha y, cuando se echa en la plancha, tiende a soltarla y a enfriar la superficie, por lo que no se hará esa costra. Por eso, trata de quitar con papel absorbente el máximo posible de agua antes de pasarlo por la plancha.

Por último, una vez que pongas el pescado debes dejarlo quieto hasta que se le forme esa costra y no moverlo lo más mínimo, porque sino se te pegará y darás al traste con todo el proceso, pero antes de ello es importante tener en cuenta que hay que salarlo y además ponerle un poco de aceite de oliva de manera uniforme.